Generosa
Pachamanca
El primer
domingo de febrero se ha instaurado oficialmente, a partir de este año, como el
‘Día de la Pachamanca’. Estuvimos en la preparación de este sabroso plato de
raíces andinas junto al cocinero y maestro Hugo Crespo, principal impulsor de
la celebración.

Un hoyo en
la tierra cubierto por piedras calentadas a fuego durante horas, eleva la
temperatura de este mediodía de verano. El maestro pachamanquero, Hugo Crespo
Sánchez, indica a sus ayudantes cómo poner los tubérculos primero -en ese horno
en la tierra– junto a las habas y los choclos. Luego seguirán varios tipos de
carnes. Y al final, las humitas dulces y saladas. Después, todo se tapará con
hierbas, otras piedras calientes y tierra.
Hora y media
después, don Hugo ordena abrir esa pachamanca cuya preparación ha dirigido con
la experiencia ganada en más de 30 años cocinando ese plato nacido en los
andes. Al destapar, es un disfrute ver cómo van apareciendo, humeantes, cocinados y soltando sus aromas, los ingredientes
que se pusieron bajo tierra. Todos los presentes empiezan a salivar un poco, a
disfrutar con los ojos.
Esta escena
ocurrió hace unos días en una dependencia del Ministerio de Agricultura con
espacio para preparar el milenario plato y se debía a una razón importante:
este año se celebrará por primera vez el 'Día de la Pachamanca'. Una resolución
del ministerio de Agricultura fechada en noviembre de 2015, instauró
oficialmente el primer domingo de febrero como día de la celebración. O sea
hoy.
HOMBRE PERSISTENTE
Hace 35 años
que Hugo Crespo Sánchez dirige el restaurante La Retama, especializado en la
pachamanca –y otros platos andinos– y en todo ese tiempo ha hecho miles de
ellas para sus comensales. Pero él no es solo un cocinero difusor del plato,
sino que peregrinó por distintos ministerios cerca de quince años para que la
pachamanca tuviera su día, como el
cebiche o el pisco sour. Por fin lo ha conseguido.
"Envíe
cartas con mi proyecto al INC y a varios ministerios durante el gobierno de
Toledo, de García, y nada. Le escribí a varios congresistas pero no me hacían
caso. Muchos me decían: "Claro, lo sacamos". Pero luego no salía
nada. Finalmente el año pasado le envié mi proyecto al ministro de Agricultura,
Juan Manuel Benites, y fui escuchado"– cuenta–, al lado del hoyo donde se
cocinan los ingredientes de su plato de bandera.
Don Hugo
aprendió los secretos de la cocción cuando aún era un niño y veía a su padre,
don Emilio, preparar la pachamanca para sus amistades en su fundo de Luricocha,
Ayacucho. Aprendió mirando, después ayudando y más tarde preparando en pequeñas
cantidades. Vino a Lima a los 17 años y después de trabajar y ahorrar, a los
años, pudo abrir su restaurante. "Yo a la pachamanca le debo mucho",
dice.
En su
biografía también está que en 1999 logró un récord Guiness, al preparar la
pachamanca más grande del Perú: 2 mil 45 porciones de una sola vez. Lo
consiguió en la concha acústica del Campo de Marte, donde hizo un horno en la
tierra de 3 metros de diámetro y 2 metros 50 de profundidad. "Lo conseguí
sin ayuda de nadie, así que tuve que vender cada porción muy barata para
recuperar algo del gasto", cuenta.
PLATO HISTÓRICO
Los orígenes
de la pachamanca se remontan a 7 u 8 mil años hacia atrás, cuando las culturas
oriundas usaban este tipo de cocción. El término 'Pachamanca' es una voz
quechua que significa 'Olla de tierra'. Don Hugo cuenta queeste plato tuvo como
antecedente a la 'watia', que también es un plato andino que se cocinaba con
cuy o carne de carnero, papa y ocas, sobre terrones de tierra calentados.
"La pachamanca tiene el mismo principio, pero se vuelve mestiza con la
llegada de los españoles, que trajeron nuevos productos", cuenta.
Su
pachamanca de hace unos días tenía carne de res, pollo, cuy, carnero. Y papas,
ocas, mashuas, camote, habas, choclo,
humitas dulces y saldas. Estaba deliciosa. Cada vez que prepara una, don Hugo
rinde homenaje a la tierra y a su padre, que le enseñó sus secretos hace tantos
años. (R.M)
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