lunes, 8 de febrero de 2016

INFORME

Sin lluvias no hay carnavales

La reserva de agua de Antacoto, en Yauli, tiene un déficit de 11 millones de metros cúbicos 

Domingo viajó a las alturas de Lima y Junín y comprobó un escenario preocupante: debido a El Niño, está lloviendo muy poco en la Sierra Central, lo que ha reducido en un 20% las reservas que abastecen a la capital. Si esta situación continúa, podría haber nuevas restricciones en el servicio. Antes de llenar su piscina o lanzar un baldazo de agua a los amigos, piense en eso.

Las ovejas de doña Alejandra Guadalupe (73) han entrado a la reserva de agua de Antacoto. Son alrededor de un centenar  y en este momento pastan despreocupadamente sobre una formación geológica que en esta época del año debería ser una isla y que hoy, debido al bajo nivel de las aguas, es solo un pequeño monte. A unos cien metros de distancia, doña Alejandra las observa, sentada junto a 'Leal', su chusco de dos años. Y habla de la lluvia. De la misteriosa falta de lluvia.


–Este año no llueve, señor. Llueve un poquito, cae, llueve un poquito, cae. ¡Mire cómo está la laguna! – dice, sin dejar de mover el viejo huso con el que hila la lana de sus animales. –¡Otros años era todo esto!– señala la pared de uno de los diques de la reserva. –Hasta ahí llegaba... ¡Y ahora!

El aspecto actual de la laguna de Marcapomacocha evidencia la escasez de lluvias 

Estamos en el distrito de Marcapomacocha, provincia de Yauli, departamento de Junín, a cinco horas en camioneta desde Lima. Esta es la zona donde se desarrolla Marca III, el complejo sistema de captación de agua de la cuenca del Mantaro, que incluye 45 kilómetros de canales, diez kilómetros de túneles, tres kilómetros de sifones, varias lagunas (entre ellas, la de Marcapomacocha) y, principalmente, la reserva de Antacoto, la más importante de toda la red de 19 lagunas y tres represas que abastecen de agua potable a Lima y el Callao.

Hemos llegado hasta aquí junto a un equipo de técnicos de Sedapal, liderados por el ingeniero Rómulo Carhuaz, para conocer lo que está ocurriendo con las fuentes de agua de la capital. Hace semanas que Sedapal viene advirtiendo que no está lloviendo lo suficiente en la Sierra Central a causa del Fenómeno El Niño, lo que está provocando que las reservas no se llenen como se deben de llenar en esta época del año.

Y eso es lo que vemos. Sentados junto a doña Alejandra, miramos a las ovejas caminar sobre una playa de tierra que debería estar cubierta de agua.

–A nosotros también nos extraña bastante– dice la anciana. –Los carneros tienen que bajar para tomar su agua.

El año pasado, a estas alturas de la temporada de lluvias, Antacoto ya tenía 83 millones de metros cúbicos de agua. Hoy con las justas raspa los 72. Con el correr de las semanas, la diferencia con respecto al año anterior (y a todos los años anteriores) podría ampliarse si, como ha indicado el Senamhi, el déficit de lluvias continúa.

–Esta es la más grande de las tres– dice Rómulo Carhuaz, señalando las aguas color turquesa de la reserva. –Tiene una capacidad de 120 millones. Se abastece solo de agua de lluvias, que bajan por las quebradas, por las escorrentías. ¡Este es el pulmón de Sedapal!

Por momentos, el viento que sopla en estas alturas se lleva sus palabras. Silba. Estremece el espejo de agua. Y le tira el sombrero a doña Alejandra.

Hay nubes. Gordas. Oscuras. Pero no hay lluvia.

TIEMPO DE COSECHA

El año para Sedapal tiene dos temporadas. La temporada de almacenamiento (o cosecha de agua), de diciembre a abril. Y la de descarga, de mayo a noviembre. En la primera, el agua de las lluvias se almacena en las 22 reservas y lagunas. Los limeños nos abastecemos del cauce natural de la lluvia (y el deshielo) que baja por el río Rímac. El agua de las reservas no se toca. Es recién a partir de mayo, cuando ya no hay lluvias que alimenten al Rímac (ni al Chillón), que se echa mano de las aguas almacenadas.

Pero desde diciembre, a causa de la ausencia de lluvias, Sedapal ha tenido que hacer descargas puntuales de las reservas. De Antacoto, por ejemplo, se ha descargado alrededor de 8 millones de metros cúbicos en los últimos dos meses, según explica Rubén Aguilar (44), operador de las compuertas.

Al día siguiente, en Lima, la gerenta de Producción y Distribución de Sedapal, Yolanda Andía, confirmará el dato.

–Lo hemos hecho de forma puntual para atender el abastecimiento de estos días. Esto no se hace normalmente, es un situación extraordinaria.

Extraordinaria y preocupante. Las reservas deben llegar al tope de su capacidad para mayo, cuando comienza el período en el que deben abastecer de agua a la capital. Pero el hecho de que no esté lloviendo lo suficiente sumado al hecho de que se estén efectuando descargas anticipadas, incita el temor. ¿Sería posible que las reservas no se llenen a tiempo?

En Antacoto, Rómulo Carhuaz comparte ese temor. Dice que los pronósticos de este año no son alentadores, que el Senamhi ha dicho que en febrero y marzo habrá en la Sierra Central lluvias menores al promedio histórico y que si eso fuese verdad, existe la posibilidad de que no se llenen las reservas antes de mayo.

Rubén Aguilar, el operador de Antacoto, que vive en Marcapomacocha, dice que el martes por la noche llovió, después de varios días, una lluvia fuerte que duró hasta la mañana del miércoles. Pero que desde entonces no hay señales de que vuelva a llover. Miramos el cielo. Las nubes gordas y oscuras siguen allí arriba, demasiado arriba. Rómulo Carhuaz dice que el viento que viene del Pacífico se las está llevando hacia el Este. No, esta tarde no habrá lluvia.

Más temprano, en la reserva de Yuracmayo, en el distrito de San Mateo, provincia de Huarochirí, Lima, Orlando Recalde (61), operador de la represa, se mostró más optimista.

– Se ha demorado pero ya está empezando a llover. Para mayo ya debe estar lleno.

En Lima, le preguntamos sobre este asunto a la ingeniera Grinia Ávalos, directora de Climatología del Senamhi.

–Nuestros pronósticos para la cuenca del Rímac nos indican una disminución de las lluvias en febrero. Creemos que las lluvias que se puedan dar en marzo serán insuficientes para recargar las lagunas. Hay un escenario preocupante.

Yolanda Andía, la gerenta de Producción y Distribución de Sedapal, es mucho más cauta en sus proyecciones.

–Por el momento, las lluvias son escasas. Antes de hacer el análisis vamos a ver qué pasa en los próximos días.

Lo que está fuera de discusión es que el volumen de las aguas almacenadas en las reservas es significativamente menor al de otros años. Andía indica que hay entre un 20 y un 25% menos agua almacenada que en la misma época de 2015. Pero, agrega, hay que esperar.

–El sistema es cambiante. La naturaleza es impredecible.

Los limeños desperdician 120 mil metros cúbicos de agua durante carnavales 

FIESTAS DE DERROCHE

Mientras esta es la situación en las fuentes de agua de Lima y Callao, hoy comenzarán a celebrarse los carnavales. Chicos y grandes se arrojarán globos y baldes con agua y ocuparán las calles con sus rebosantes piscinas. Todos ignorantes de lo que ocurre en las montañas.

Según Sedapal, los vecinos de la capital desperdician 120 mil metros cúbicos de agua durante carnavales. 120 mil metros cúbicos que equivalen en dinero a 348 mil soles. 120 mil metros cúbicos que podrían servir para el consumo de 8 mil familias de las zonas perirubanas. 120 mil metros cúbicos que desde hoy y durante los próximos tres domingos terminarán en el piso, inservibles.

Debido a la ausencia de lluvias, desde mediados de enero Sedapal redujo la presión del agua en los caños de Lima y Callao durante las madrugadas. Cuando se tomó esa decisión el escenario no lucía tan complicado como ahora. Preguntada al respecto, Yolanda Andía no descartó que se puedan tomar nuevas medidas restrictivas en el futuro. Sin embargo, antes que pensar en medidas de este tipo, hizo una exhortación a los ciudadanos que derrochan el agua durante estas fiestas.

– El agua que le echas a tu amigo viene desde los 4,700 metros sobre el nivel del mar, a lo largo de más de 150 kilómetros por el río Rímac. Valora ese esfuerzo. No la desperdicies.



Óscar Miranda – La República

No hay comentarios:

Publicar un comentario