Cuando la política se debatía a mano:
las cartas inéditas de
Haya y Mariátegui
La Fundación Armando Villanueva del Campo, constituida por
los herederos del líder aprista, publica una extraordinaria colección de
misivas del periodo auroral del aprismo, un periodo clave en la historia
política del país.

Víctor Raúl Haya de la Torre se amaba mucho. El dos de marzo
de 1929, durante la polémica que lo enfrentó a José Carlos Mariátegui por el
liderazgo de un movimiento revolucionario, Haya escribió desde Berlín a Eudocio
Ravines, cuando todavía era su aliado y confidente: "El Perú necesita de
tipos hasta físicamente débiles, con muchas mañas y pocos músculos. Un enteco:
(Augusto) Leguía, por ejemplo. El país detesta a los gobernantes físicamente
fuertes. (...) Quien vaya al Perú muy definidamente perfilado como un hombre
fuerte de conciencia, leal y revolucionario, morirá asesinado con alfileres de
sombrero de vieja. Menos en la revolución. Un mexicano que había estado en Lima
me decía: Ese pecho y esa nariz suyas le hacen daño. Son demasiado fuertes para
un país de chatos. (...) Mis mayores adversarios son los que más distan de mí
en fuerza física. No se puede perdonar que sea sano y fuerte".
La carta forma parte de una colección de casi un centenar
–en gran parte inédita– que Armando Villanueva del Campo compiló durante varios
años para documentar una parte trascendental de la historia política del país.
Las apasionadas, incendiarias e intensas misivas que
intercambiaron Haya, Mariátegui y otros actores políticos de la época retratan
un proceso que derivó en la fundación del aprismo y del comunismo cuya
rivalidad marcó el siglo pasado y que todavía persiste.
Armando Villanueva consiguió terminar el proyecto que
incluye la publicación del llamado Libro Rojo, un cuaderno que contiene el acta
fundacional de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra), el 20 de
setiembre de 1930, con la ausencia de Haya, que se encontraba en Europa,
exiliado como la mayoría de los líderes apristas. El documento es un registro de
las reuniones iniciales del grupo auroral aprista con tendencias izquierdistas
que soñaba con la revolución.
La familia de Villanueva, con el respaldo de amigos del
veterano líder aprista –que se sumaron a la constitución de la Fundación
Armando Villanueva–, reunió esfuerzos para publicar el monumental libro con los
facsímiles de las históricas cartas, además del Libro Rojo. Es un documento de
valor excepcional que retrata una coyuntura clave en que coincidieron dos
ideólogos de indudable influencia.

LÍNEA DIVISORIA
Cuando Haya escribió a Ravines, pretendía convencerlo de que
se apartara del círculo de Mariátegui. De hecho, Ravines escribió varias cartas
en hojas membretadas de la célula del Apra en París. Pero al final decidió
sumarse a la causa de José Carlos Mariátegui, aunque posteriormente lo
traicionaría, como hizo con Haya.
Como puede apreciarse en cartas de la época, Haya y
Mariátegui hacían política en condiciones deplorables, afrontando limitaciones
o graves problemas de salud. El 12 de febrero de 1926, Haya escribió desde
Londres a Luis Heysen: "Sufrí dos bronquitis pero estoy mucho mejor. Como
tenía en mi habitación estufa de gas y gastaba muchos chelines en calentarme me
resfrié por forzosa economía".
El 22 de abril de 1928, Mariátegui confió al dirigente
aprista Luis Bustamante por qué se encontraba en una lucha agónica: "(En
estos momentos atravieso) un periodo de depresión de mi salud y mis fuerzas. A
unos meses de estabilización de mi salud, durante los cuales me veo obligado a
trabajar excesivamente para compensar el tiempo de interrupción o
debilitamiento de mi labor, sigue invariablemente una crisis más o menos
sensible y marcada. De julio a agosto pasados estuve muy mal: sufrí un derrame
a la articulación, del cual curé después de una punción y unos baños de sol en
Chosica. Y a partir de febrero último la articulación ha vuelto a empezar a
molestarme. Me he sometido a un tratamiento enérgico; pero parte de este
tratamiento es cierto reposo que casi no puedo acordarme".
Por entregarse por entero al trabajo, la salud le pasó la
factura a Mariátegui. El 16 de abril de 1930, menos de dos años después de la
citada misiva, Mariátegui murió.
Esta imagen de Mariátegui dolido y apesadumbrado contrasta
con el autorretrato que Haya escribió a Eudocio Ravines, atlético, musculoso y
saludable. Sin embargo, el fundador del Apra también encajó privaciones, como
se lo confió al propio Ravines, quien ya le había prestado algunos fondos.
Literalmente, no tenía ni para enviar una carta al correo.

PASAR EL SOMBRERO
"He estado pasando mi primera aguda crisis económica en
Berlín y ni para estampillas tuve. Estos momentos son totalmente desagradables
pero absolutamente lógicos dentro de la lógica de mi perenne estrechez
agudizada por la falta de normalidad en mi vida económica todavía. A pesar de
que trabajo mucho, pero mucho, aquí no estamos en América y el trabajo no se
paga de inmediato. Unos españoles para quienes escribí artículos dejaron de
cumplir. Todo esto ha sido grave para mí. No estoy para morirme de hambre, pero
fuera de la comida y de la casa a medias garantizadas me falta para muchas
otras cosas. Ojalá ustedes pudieran hacerme un favor de orden personal.
Prestarme algo", escribió en tono de queja Haya a Ravines, a quien trataba
de "hermano".
"Yo sé que todavía te debo un dinerillo que fue mi más
grande ilusión liquidar. Tú debes acordarte de esto aunque pagué parte o gran
parte. En este punto ciertamente no recuerdo haber cancelado esa deuda. A lo
mejor tú también lo has olvidado. Pero tú sabes el fondo de mi vida. Yo, desde
que salí de Inglaterra en 1927 no he comprado un traje, ni un sombrero ni un
par de zapatos. (...) Te escribo bajo un
estado de ánimo desagradable. Estoy enfermo, con bronquitis no seria pero que
necesita curarse. Falta dinero", le contó Haya a Ravines.
La situación deplorable en la que Haya y Mariátegui cumplían
sus actividades partidarias e intelectuales con el propósito de luchar por las
mayorías nacionales debería remover las conciencias de los dirigentes políticos
de la actualidad.
En la colección aparecen también cartas de líderes notables
como Luis Heysen, Carlos Manuel Cox, Manuel Seoane y Serafín del Mar, entre
otros, que se suman al debate con denuedo, énfasis y determinación. La disputa,
a pesar de los duros adjetivos de Haya a Mariátegui ("El fascismo peruano
le hará un monumento a Mariátegui... con pata"; "A Mariátegui lo
cogeré por el muñón y lo (...) en toda su fealdad antes de estrellarlo contra
su propia porquería"), en ambos grupos que lideraban tenían un punto
coincidente, según Armando Villanueva del Campo. Buscaban el cambio en el país
con participación popular.
"Personalidades contradictorias y también manos
aviesas, impidieron acuerdo entre Víctor Raúl y Mariátegui. Sin embargo, una
atenta lectura de las ideas que enfrentaron a ambos pensadores en 1928 es
cierto que permite ubicar diferencias, pero no se condicen con la ruptura
propiciada por el Amauta (Mariátegui). La originalidad y la adaptación
ideológica que se le añadió después, es otra cosa y es otra discusión",
afirmó Villanueva en el prólogo que logró terminar en febrero de 2013, poco
antes de su partida, el 14 de abril de ese año.
El responsable de la compilación y la edición del libro,
Javier Landázuri García, también encontró en las cartas que los polemistas en
el fondo concordaban en algunos puntos.
"Al leer las cartas que se publican y los contenidos
que aluden a José Carlos (Mariátegui), los apristas Heysen, Cox, Seoane,
incluso el propio Haya con todo su recelo y advertencias, con diferentes tonos,
cercanías y lejanías, se perciben y se reconocen, todos ellos, incluyéndolo a
Mariátegui, como parte de un solo movimiento. El uso de la primera persona en
plural, el nosotros y nuestro movimiento, es unánime", señala Landázuri. Esto
es posible saberlo porque toda carta es una infidencia.
Un proyecto al que Armando
Villanueva dedicó sus últimas fuerzas
La publicación de la Fundación Armando Villanueva del Campo
comprende la edición facsimilar de APRA, el primer vocero oficial del partido
de Víctor Raúl Haya de la Torre que apareció el 12 de octubre de 1930.
En el número uno de la revista, el fundador publicó el
artículo "¿Qué es el Apra?", en el que plantea "la abolición
total del sistema capitalista".
El periodista César Campos, miembro del círculo de amigos de Armando Villanueva que ayudó a cristalizar el proyecto de libro del dirigente aprista, dice que constituye un material histórico que contribuirá al conocimiento de un periodo decisivo en la historia contemporánea del país, a partir de documentos en su mayor parte inéditos.
"Villanueva se propuso con todas las fuerzas que le quedaban culminar un proyecto que tenía mucho tiempo. Recopiló documentos y publicaciones, buscó a sus compañeros para que le recordaran algunos episodios, en fin. Finalmente logró alcanzar la meta que selló con un prólogo. Lamentablemente, no pudo ver publicado el libro", explicó.
El periodista César Campos, miembro del círculo de amigos de Armando Villanueva que ayudó a cristalizar el proyecto de libro del dirigente aprista, dice que constituye un material histórico que contribuirá al conocimiento de un periodo decisivo en la historia contemporánea del país, a partir de documentos en su mayor parte inéditos.
"Villanueva se propuso con todas las fuerzas que le quedaban culminar un proyecto que tenía mucho tiempo. Recopiló documentos y publicaciones, buscó a sus compañeros para que le recordaran algunos episodios, en fin. Finalmente logró alcanzar la meta que selló con un prólogo. Lamentablemente, no pudo ver publicado el libro", explicó.
Además del editor Javier Landázuri García, apoyaron a Villanueva Carlos Roca, Luis Pinillos y el empresario Roque Benavides Ganoza, sobrino de Haya de la Torre.
Ángel Páez – La República
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