Ha recorrido 147 países en busca del veneno de las víboras
más letales. El científico y explorador estadounidense estuvo en la selva de
Madre de Dios para educar a la población sobre la importancia de las toxinas
animales y de conservar el hábitat natural de los ofidios y otros seres
ponzoñosos.
Un biólogo con PhD en farmacología y toxicólogía puede ser
imaginado como un profesional de bata blanca, con el ojo pegado al microscopio
en su laboratorio aséptico, y con pinta de nerd recién salido de la serie Big
Bang Theory. Pero el doctor Zoltan Takacs rompe estos esquemas.
Este científico estadounidense, de origen húngaro, con PhD
en la Universidad de Columbia, integra el grupo de "exploradores
emergentes" de la National Geographic Society, y su hábitat -además de su
laboratorio- pueden ser las selvas amazónicas, las profundidades submarinas en
el Océano Índico o los desiertos del norte de África.
Zoltan Takacs es, por
sobre todos sus títulos académicos, un herpetólogo, es decir, un experto en
reptiles pero especializado en venenos animales extraídos de víboras,
escorpiones y otros bichos ponzoñosos.
“Las toxinas animales
evolucionaron hasta ser asesinas perfectas, pero también pueden ser medicinas
que salvan vidas. Hemos descubierto una nueva forma de generar y probar una
gran variedad de toxinas”, sostiene este científico que a fines de julio llegó
a la selva de Madre de Dios para "educar a pobladores locales sobre la
importancia de las toxinas de animales venenosos, que pueden ser utilizadas en
medicina. Para ello, es fundamental la conservación de áreas naturales de la
Amazonía, donde habitan estas especies".
Takacs visitó las áreas de influencia de la ONG Inkaterra
Asociación en lo que fue una exploración preliminar sobre serpientes y otros
animales venenosos.
Este científico aventurero ha recorrido paisajes
extremos de 147 países. Ha sufrido
varios accidentes y tres veces fue mordido por serpientes. El caso más grave
fue con un tipo de cobra que escupe su veneno. Casi no la cuenta.
Además, es coinventor de la tecnología de diseño de toxinas
y fundador del World Toxin Bank. Esta biotecnología investiga un gran número de
variantes de toxinas animales, las cuales pueden servir para tratamientos
médicos. Takacs -finalmente- es una de las estrellas de los documentales de
National Geographic Channel.
VÍBORA BENDITA
"América del Sur es la fuente de un gran número de
medicamentos obtenidos a partir del veneno de serpientes, entre ellos uno de
los más exitosos en la historia de la medicina de cuidados de la salud: los
inhibidores de la ECA como captopril, usado para problemas del corazón y la
hipertensión", señala Takacs.
Y agrega que "En
Perú, el veneno de jegon (Bothrops atrox) es la fuente de batroxobina,
hemocoagulase y otros agentes que ayudan a regular la coagulación de la
sangre".
El nombre científico del jergón es Bothrops Atrox. Es una
víbora que habita toda América y muy común en el Perú. Uno de sus hábitats
favoritos son las montañas de Machupicchu.
Durante su permanencia en las selvas peruanas, Takacs no
encontró a la jergón. En su lugar halló un bello ejemplar de coralillo, de
anillos amarillos y anarajandos, y una shushupe de más de dos metros.
Micrucus spixii es el nombre científico del coralillo. El
spixii del final fue puesto en en honor al zoólogo alemán Johann Baptist von
Spix.
Jergones y coralillos son víboras comunes en la amazonía. No
son agresivas y solo atacan en defensa propia.
Lo de la shushupe es otro cantar. La conozco. Es
atemorizante. Hasta su nombre científico da miedo: 'Lachesis muta'. Láquesis es
una de las moiras (las deidades griegas del destino) también conocidas como
parcas. Láquesis era la encargada de medir la longitud del hilo de la vida.
Es una de las víboras más grandes del mundo y la segunda más
letal. Tampoco es agresiva pero se pone de muy mal humor cuando irrumpen en su
hábitat. Es muy veloz y nada como una sirena. Puede medir hasta cuatro metros.
Se han reportado casos de mordeduras en la cara y en las piernas de gente
montada a caballo. En países vecinos se le conoce como Matacaballo y Cascabel
Púa.
La shushupe cumple un rol importante en el control de plagas
en la selva. Se alimenta de roedores. Sin embargo, ha sido estigmatizada no
solo por su feroz reacción ante el peligro (dicen que es "casi ciega pero
tiene olfato de perro") sino también porque suele realizar varias
mordidas.
He visto casos de colonos campesinos en el Alto Pozuzo
(Pasco) que se tuvieron que amputar el brazo a machetazos para evitar la
gangrena tras la mordedura de una shushupe. Y un amigo trampero en el
Paranapura (Loreto) quedó cojo cuando tuvo que disparar su escopeta sobre la
herida que le dejó la shushupe en la pantorrilla. En ambos casos las víctimas
no tuvieron acceso al antídoto.
Pero el doctor Takacs no tuvo problemas con el coralillo ni
con la shushupe. Todo lo contrario. En las charlas a los campesinos supo explicar las ventajas de
respetar el hábitat de estos bichos.
Takacs no estuvo solo durante su visita a Madre de Dios.
Formó parte de una expedición de destacados exploradores y científicos como
Barrington Irving, el herpetólogo francés Pierre Berthon, el camarógrafo Chris
Verna y el equipo de Inkaterra Asociación.
Irving es un piloto y educador jamaiquino que también
integra el programa de exploradores emergentes de la National Geographic
Society. En 2007 se convirtió en el piloto más joven en volar solo alrededor
del mundo. Desde 2006 dirige Experience Aviation, una ONG fundada por Irving
para permitir que jóvenes de bajos recursos sigan carreras en aviación.
ZONA INKATERRA
¿Por qué estos expedicionarios eligieron estos ambientes de
Inkaterra en Madre de Dios? Joe Koechlin, presidente de Inkaterra, asegura que
"desde 1978 Inkaterra patrocina inventarios de flora y fauna en sus áreas
de influencia, que van desde el bosque amazónico de Madre de Dios, el bosque de
nubes de Machu Picchu, hasta el Valle Sagrado y la costa de Cabo Blanco, para
estudiar hábitats naturales y determinar estrategias para conservar la
biodiversidad. Dentro de sus propiedades se han registrado 747 especies de
aves, equivalente a la variedad de aves en todo Costa Rica, 362 de hormigas,
313 de mariposas y 100 de mamíferos. De acuerdo con el American Orchid Society,
Inkaterra Machu Picchu Hotel cuenta con la colección de orquídeas nativas más
grande del mundo: 372 especies".
Más de cien investigadores han realizado estudios en las
propiedades de Inkaterra. Uno de ellos es el biólogo E.O. Wilson (conocido como
el “padre de la sociobiología” por acuñar el término “biodiversidad”), quien
levantó un inventario de hormigas en las áreas de influencia de Inkaterra en
Madre de Dios. Con 362 especies, tiene el récord mundial de hormigas.
Una de las razones
que también justificaron la presencia de Takacs en Madre de Dios fue la
publicación del libro Cusco Amazónico-The Lives of Amphibians and Reptiles in
an Amazonian Rainforest (de la Cornell University Press, 2005), que presenta
una investigación de veinte años liderada por William E. Duellman. Fue descrita
como “la línea de base sobre la cual los futuros estudios de anfibios y
reptiles serán comparados”.
Para Joe Koechlin la visita
de Takacs es un incentivo para los jóvenes científicos peruanos. "Nuestra
ONG Inkaterra Asociación ITA cuenta con Tambopata Field Station, un albergue
para estudiantes y jóvenes investigadores en nuestra estación de campo de
Inkaterra Reserva Amazónica". Los
amantes de estos animales de sangre fría ya tienen un aliado en los bosques de
Madre de Dios.
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