Tres personas se suicidan al día en Perú y el 70% lo hace por depresión
La depresión es un factor genético hereditario que se puede acelerar
por factores externos, pero también es controlable con el uso de medicamentos y
la ayuda de terapias grupales y familiares.
La enfermera Vilma Vite Yenque nunca olvida aquel día en que
una paciente suya se suicidó. Había salido de vacaciones y, como muchas
personas, decidió desconectarse de todo para dedicar más tiempo a su familia.
Al llegar a casa después de unas semanas de relax, fue duro enterarse de que la
mujer a quien cuidaba se había quitado la vida.
Pero lo peor vino luego, cuando Vilma se dio cuenta de que
aquella mujer a la que ella daba ánimo en cada momento difícil la había llamado
repetidas veces antes de tomar su decisión final.
“Esa paciente, para la cual no estuve disponible ese día,
murió. Si hubiera respondido a su llamada podría haberle salvado la vida”, se
reprocha Vilma.
La enfermera es una de las voluntarias que trabaja en la
Sociedad Peruana de Prevención del Suicidio, organización que, aunque no tiene
una línea telefónica fija, recibe cada semana unas 10 llamadas de personas con
ideas suicidas. Vilma responde en su celular, el cual ahora nunca apaga.
“La mayoría nos llaman porque se sienten solas y piden ayuda
cuando están en la fase crítica, cuando ya tomaron la decisión. Lo primero que
suelen decir es: ‘señorita, quiero matarme’, ‘nadie me quiere’ o ‘a nadie le
intereso’, y lo que nosotros hacemos es escucharlos, confrontarlos, brindarles
soporte y tratar de ganar tiempo para sacar la mayor información posible, pues
en la mayoría de casos son decisiones tomadas en el momento”, cuenta Vilma.
Después de la experiencia, la enfermera llega al extremo de
viajar a provincias cuando un paciente la necesita. “Recibimos llamadas de
hijos atormentados por sus padres, personas desempleadas o engañadas,
adolescentes que se sienten solos o jubilados, y no podemos permitir que
cierren abruptamente el ciclo de sus vidas”, manifiesta.
TRES SUICIDIOS AL DÍA
El Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) calcula que en
el Perú se presentan entre 1 y 3 suicidios por día, pero un 8.9% de peruanos en
algún momento de su vida ha tenido deseos de quitarse la vida. En el 95% de los
casos esta problemática se relaciona con un trastorno mental que nunca ha
recibido atención médica.
El psiquiatra Abel Sagástegui Soto, director de Adultos y
Adultos Mayores del INSM, detalló que el 70% de casos corresponde a depresión,
el 15% a esquizofrenia y el 10% a trastornos de personalidad o adicciones.
“Del total de personas con depresión solo un 20% intenta un
suicidio y más o menos uno de cada 10 intentos termina en la muerte. Asimismo,
dos tercios de los pacientes tienen la idea de no continuar viviendo, pero no
intentan suicidarse”, indicó.
Freddy Vásquez, director de la Sociedad de Prevención del
Suicidio, comentó que los riesgos suicidas se incrementan en personas que
provienen de hogares donde hubo maltrato o violencia física.
“Estas situaciones afectan el cerebro y este se
desconfigura, haciendo que las personas sufran de depresión, conductas
agresivas, alcoholismo u otras adicciones y que tengan una tendencia
autodestructiva”, explicó.
DEPRESIÓN GENÉTICA
No obstante, Sagástegui enfatizó que la depresión es una
enfermedad que responde a un riesgo genético.
“Uno nace con ese riesgo, se hereda. No se trata de una
debilidad mental que se da porque el individuo no pone de su parte. Aunque hay
factores externos que contribuyen a que el riesgo se haga mayor, la persona que
no tiene esta predisposición genética puede vivir en ambientes muy negativos y
siempre salir adelante, pero una persona con el factor genético que se cría en
un buen entorno igual puede desarrollar la enfermedad”, precisó.
El psiquiatra explicó que mientras que en la tristeza
siempre hay un factor desencadenante que la persona va superando poco a poco,
en la depresión no es así. Surge espontáneamente y el paciente empeora con el
tiempo.
“En la depresión uno descuida sus actividades y
responsabilidades y no mejora. Una depresión sin tratamiento y sin medicación
puede durar entre seis meses y un año”, sostuvo.
El especialista señaló que si la depresión se detectara a
tiempo y se tratara, las posibilidades de que una persona intente suicidarse
disminuirían mucho.
“En el Perú se considera que entre el 13% y el 22% de la
población tiene depresión, y esta crece en la selva (22%), pero si se da un
tratamiento precoz adecuado para estos casos, la tasa de suicidio
definitivamente va a caer”, refirió.
Vásquez enfatizó que estas situaciones requieren un
tratamiento largo, de por lo menos un año de medicación, que debe ir acompañado
de terapias personales y grupales. “La terapia sola no es suficiente”, acotó
Sagástegui.
AUTODESTRUCTIVOS
Por otra parte, Beatrice Macciotta, psiquiatra de Essalud,
refirió con preocupación que los intentos de suicidio se estén haciendo más
frecuentes en adolescentes por las conductas impulsivas y de autoagresión que
estos presentan.
“En muchos casos estos jóvenes no tienen la intención de
matarse, pero se hacen daño y pueden terminar haciéndolo”, refirió. Macciotta
indicó que esta tendencia se está presentando más entre mujeres con cuadros
depresivos asociados al consumo de alcohol y drogas.
CASOS SON MÁS
FRECUENTES QUE
EN OTROS PAÍSES DE
LATINOAMÉRICA
Freddy Vásquez, director de la Sociedad de Prevención del
Suicidio, expresó su preocupación por el aumento de fenómenos dobles de
suicidio-uxoricidio, es decir de personas que matan a un familiar, –esposo,
esposa o hijo– y se quitan la vida.
“Este fenómeno está golpeando muy fuerte en la sociedad
peruana, más que en otros países de Latinoamérica. Ocurría una o dos veces por
mes, pero solo en lo que va del año ya hay 24 casos registrados, la mayoría en
Lima”, detalló.
Aunque no hay un estudio al respecto, el especialista
presume que la falta de leyes drásticas, la corrupción generalizada en los
sistemas policial y judicial y, fundamentalmente, el factor imitativo
contribuyen a esta tendencia.
“El contagio emocional es muy importante y se presenta sobre
todo en personas de 18 a 45 años. Aunque en la mayoría de casos los agresores
son hombres, en los últimos dos años también se presenta en mujeres”, indicó.
Lo peor –agregó– es que la gente se está insensibilizando
sobre este tema. “La gente pelea todas las noches, delante de sus hijos las
parejas se celan fundada o infundadamente y recurren a la violencia. La familia
se está destruyendo y poco a poco se está destruyendo también la sociedad”, alertó.

SABÍAS QUE…
Los médicos
recomiendan que ante cualquier cambio en la conducta de una persona, que se
siente triste casi todos los días y no mejora, se debe sospechar de depresión.
Asimismo, si la
persona tiene alteraciones en el sueño o, pese a que duerme, se levanta muy
cansada, también podría ser un síntoma de depresión.
También advierten
que si el individuo come poco o mucho, ya no disfruta de las cosas y le cambia
el carácter por más de una semana, se debe buscar ayuda profesional de un
psiquiatra para ser tratado con medicamentos.
Sábado 19 de septiembre del 2015
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