Publicidad de minera
Southern no dice
toda la verdad sobre los humedales de Ite
Las dos caras. La minera despliega una impresionante campaña en la que
sostiene que gastó millones de soles en recuperar la zona afectada por relaves
mineros, pero La República estuvo allí, recogió muestras de agua, arena, restos
óseos y plantas. Un laboratorio de la U. de San Marcos detectó altos índices de
contaminación.

En una reciente campaña de publicidad para mejorar su imagen
corporativa, la compañía minera Southern Perú destacó que, "donde antes
hubo relave, hoy existe un entorno ecológico en la bahía de Ite: una prueba
concreta del compromiso ambiental de Southern Perú".
Según los avisos publicados por la empresa en los medios de
comunicación, "en 1999 Grupo México (propietaria de la minera) llega al
Perú y decide realizar una gran inversión para poner en marcha un plan integral
de mejoramiento ambiental con nuevas tecnologías en Southern Perú". Y
añade: "En la bahía de Ite se transformó una playa de arenas de relave
(desechos mineros) en el mayor humedal de la costa del Perú y el segundo más grande
de Suramérica".
En las fotografías anexadas por la Southern a la publicidad,
se observa un hermoso paisaje con aves de diversa variedad en los humedales de
Ite.
El área afectada por los relaves procedentes de las minas de
cobre de Toquepala (Tacna) y Cuajone (Moquegua) tiene una extensión aproximada
de 12 kilómetros de largo por 1.5 kilómetros de ancho y se ubica en el distrito
de Ite, en la provincia tacneña de Jorge Basadre. En ese lugar, que ahora es
conocido como los humedales de Ite, y donde según la compañía minera florece la
naturaleza, hay sectores con un alto grado de contaminación.
La República recorrió la playa de los humedales de Ite y
recogió muestras del mar, de una laguna, vegetación, restos óseos de animales y
arena en el área no remediada. Es decir, donde los relaves están expuestos al
medio ambiente. Y llevó las muestras al Centro de Control Analítico de la
Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos.

POR FUERA FLORES
Las conclusiones a las que arribaron los especialistas son
sorprendentes: "Los resultados de los análisis de metales como cobre,
cadmio y plomo realizados en el laboratorio (...) a las muestras presentadas
(por La República) (...) superaron ampliamente la cantidad máxima permisible
según los estándares de calidad señalados por el Ministerio del Ambiente, lo
cual es un fuerte indicio de contaminación en la zona donde fueron tomadas las
muestras".
En los resultados de los análisis de arena se encontró alta
presencia de cobre: 13010,3 miligramos por kilogramo, cuando el límite máximo
permisible es de 500 mg/kg. Y respecto al agua de laguna, se hallaron 0,356
miligramos de cobre por litro, cuando el límite máximo permisible es de 0,02
mg./l.
Se detectó similar patrón de contaminación por cobre en las
muestras de plantas, huesos de animal y agua de mar.
Respecto a la presencia de cadmio, plomo, arsénico, mercurio
y zinc –todos metales pesados contaminantes–, el estudio del Centro de Control
Analítico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos también halló en las
muestras altos niveles contaminantes.
Estos resultados contradicen la publicidad de Southern,
desplegada para ganarse la confianza de la opinión pública en medio del
conflicto por la ejecución del proyecto cuprífero de Tía María, en Islay,
Arequipa.
Voceros calificados de Southern cuestionaron los análisis
del Centro de Control Analítico de San Marcos bajo el argumento de que dicho laboratorio
no cuenta con el certificado ISO 17025. También criticaron la eficacia de la
metodología empleada para evaluar las muestras.
"Cualquier persona que tome muestras en las zonas no
remediadas va a encontrar relaves. No se puede comparar una playa cualquiera
con un depósito de relaves. Además, esa zona es una concesión minera, no es de
libre acceso. Entonces, si tomamos muestras de relaves, vamos a encontrar
resultados de relaves", explicó el director de Asuntos Ambientales de
Southern, Darío Oviedo Calderón. Es más, para Oviedo, no hay contaminación.
Sin embargo, la compañía reconoce que un sector de los
humedales de Ite está pendiente de remediación. "Hay una parte que falta
remediar, por supuesto. Toda esta parte que ustedes han recorrido de la playa
falta remediar, sobre todo el delta del río Locumba. Estimamos que debe
terminar de remediarse en unos cinco años, aproximadamente.", admitió
Darío Oviedo.
El gerente de Servicios Técnicos de Southern, Carlos Aranda,
coincidió en que el problema se limitaba a la zona no remediada.
"¿El cobre es tóxico para el ser humano? No, el ser
humano necesita cobre. Nadie va y come relave. Nadie va (a la zona no
remediada) y se mete en los relaves. Nadie hace eso. Además, esa es un área
restringida. No es para bañistas. Si uno va a San Marcos y le preguntas si eso
es tóxico, te va a decir que sí", arguyó Aranda.
OJOS QUE NO VEN
Pero los especialistas que hicieron los análisis a las
muestras obtenidas en los humedales de Ite opinaron distinto. Incluso advirtieron
sobre el impacto de la contaminación de los relaves mineros de concentrados de
cobre en la zona.
"Siendo el cobre el metal que se ha encontrado en mayor
concentración en las muestras, es algo de gran impacto porque podría originar
toxicidad en plantas, animales y humanos. Además, la inhalación de niveles
altos de cobre podría producir irritación de fosas nasales y garganta. La
ingestión de niveles altos podría producir náusea, vómitos y diarrea.
Cantidades muy altas de cobre podrían ocasionar daños en hígado y riñones e
incluso podrían causar la muerte", afirmó la directora del Centro de
Control Analítico, María Salazar Salvatierra.
Respecto a la validez de los resultados de los exámenes
practicados por el laboratorio de la Universidad de San Marcos a las muestras
entregadas por La República, la analista bioquímica Liz Pérez Ramos, en
respuesta a los cuestionamientos de Southern, señaló que se aplicó el método de
absorción atómica, adecuado para determinar la presencia de metales pesados.
"Los resultados obtenidos son para procesos de investigación, y sirven de
base para posteriores análisis por un laboratorio acreditado. El análisis de
las muestras lo hizo personal calificado, químicos farmacéuticos con amplia
experiencia", expresó.
Para Southern, sin embargo, referirse a las zonas no
remediadas "es ver el vaso medio vacío y no el vaso medio lleno",
según Carlos Aranda. Es decir, criticó a este diario por “ver solo el lado
malo” del caso.
La historia hay que contarla completa, especialmente si la
empresa busca recuperar la credibilidad de los pobladores con una impresionante
campaña de publicidad en la que se presenta un proyecto como si fuera un
paraíso y lo cierto es que hay mucho más que eso.
MINERA SOUTHERN PERÚ:
"NO HACEMOS
PUBLICIDAD ENGAÑOSA"
"Una compañía sea minera, o lo que sea, en una
publicidad no va a poner el lado feo. ¿Qué publicidad cumple la función de
mostrar su parte negativa?”, explicó el
superintendente de Relaciones Públicas de Southern, Guillermo Vidalón.
“Nadie habla de cosas feas en publicidad, eso es lo
razonable. La función de la publicidad es mostrar lo mejor, es la función de la
publicidad, dime ¿qué publicidad hace lo contrario? Y en cuanto a la página
web, es también difusión de tu empresa, también es publicidad. Por ejemplo, en
la historia de La República siempre se vende su lado positivo, hacemos lo
mismo”.
Para el gerente de Servicios Técnicos de Southern, Carlos
Arana: “No estamos mintiendo con nuestra publicidad porque incluso esas partes
que has encontrado, que no están remediadas, tampoco representan un riesgo.
Una cosa es peligroso, otra cosa es tóxico. ¡Y eso no es
tóxico!”. Darío Oviedo, de Asuntos Ambientales de dicha empresa, concluye:
"No hay contaminación".
Melissa Goytizolo
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