Esclavitud sin
fronteras
El 23 de septiembre
fue el Día Nacional Contra la Trata de Personas. Una razón para alertar sobre
las mafias que explotan sexualmente a jóvenes peruanas, pero que también traen
a nuestro país muchachas de Ecuador, Colombia, Brasil y República Dominicana. Un
siniestro negocio que se expande.

Durante varios días, agentes encubiertos de la División
Contra la Trata de Personas de la Policía Nacional vigilaron un night club en
San Isidro. Tenían conocimiento de que allí había ciudadanas extranjeras
ejerciendo la prostitución. Las siguieron cuando salían con acompañantes rumbo
a hoteles cercanos. También identificaron a cada uno de los sujetos que
regentaban el local. Solo faltaba intervenir.
Cuando por fin entraron –en
junio pasado– comprobaron que cuatro de las mujeres eran colombianas y
vivían en cuartos sucios y pequeños en el tercer piso del local. Debían pagar
por el alojamiento, la comida y cumplir con un horario que empezaba a las ocho
de la noche y acababa cuando amanecía. Todo eso lo contaron ellas a los
policías al ser interrogadas.
"Suele ocurrir que chicas extranjeras son traídas por
una mafia, están aquí tres o cuatro meses y se van. Después, como ya conocen el
negocio, muchas regresan por su voluntad o con otras chicas para trabajar como
damas de compañía. En el caso de este night club sí había explotación sexual,
ellas vivían ahí y la empresa retenía sus documentos", dice el coronel
Luis Chávez, jefe de la División Contra la Trata de Personas de la Dirincri.
No ha sido el único caso. Hace mes y medio intervinieron
otro local en Sullana, Piura, y encontraron allí ocho ciudadanas ecuatorianas y
cuatro colombianas. Varias habían llegado con ofertas de trabajo engañosas. Ese
y otros golpes le han dado a la policía un panorama preocupante: hay redes
internas de trata de personas, pero estas organizaciones crecen y también
trafican personas a través de nuestras fronteras.
La Policía Nacional sabe que estas mafias traen al país
mujeres de Colombia, Ecuador, Bolivia y,
recientemente, de República Dominicana. Cifras del Ministerio Público señalan
que entre 2009 y 2014 fueron víctimas de trata de personas 35 ciudadanas
colombianas, 34 ecuatorianas, 18 dominicanas, 17 bolivianas y 6 argentinas.
Muchas organizaciones de trata son clanes familiares.
El coordinador de las fiscalías especializadas en trata de
personas, Jorge Chávez Cotrina, corrobora que "este tráfico internacional
ocurre en zonas de frontera y en Lima". En otros casos las mafias se
llevan a menores o adultas peruanas a países vecinos como Ecuador o Argentina.
La policía dice no tener denuncias de este tipo, pero CHS Alternativo –ONG que
trabaja el tema– ha recogido un caso reciente y dramático.
Explotación y crimen
Esta es la historia: en setiembre del año pasado una niña de
trece años fue raptada en Tumbes por una persona de su barrio. Las imágenes de
una cámara pública probaron que el sujeto atravesó con ella la frontera rumbo a
Ecuador. En un primer momento la policía regional no aceptó la denuncia, pero
con el apoyo de CHS sus familiares lograron colocar –dos meses después– la
ficha de la niña y del raptor en el registro de la Interpol.
Después de un largo proceso, la policía de Ecuador capturó
al sujeto y comprobó que explotaba sexualmente a la menor. Tenía antecedentes
por el mismo delito. Hace unos meses la menor volvió con sus padres, pero
debieron mudarse de casa porque empezaron a recibir amenazas anónimas. El 14 de
agosto pasado, cuando el padre de la menor, José Severino, salía a su trabajo,
dos sujetos lo mataron a balazos.
"El responsable del rapto no actuaba solo. ¿Quién
amenazaba a la familia si él estaba preso? Y el crimen posterior habla de la
peligrosidad de estas organizaciones", dice Jorge Valdez, director de CHS
Alternativo. Recién la policía está protegiendo a la menor y a su mamá. Pero el
crimen es una advertencia de lo que puede suceder si alguien se atreve a
denunciar a estas mafias.
Valdez explica que las menores de edad o mujeres adultas de
escasos recursos son el blanco elegido por estas mafias. En el 50% de los casos
son fácilmente engañadas con la promesa de un trabajo bien remunerado. Un
simple aviso en el tablón de un mercado de provincia o en la página de un
periódico puede ser el inicio de una odisea para las mujeres que caen en la
telaraña urdida por estas mafias.
La enorme cantidad de casos devela un patrón: cuando la
víctima se acerca a preguntar por el trabajo le dicen que puede ganar cuatro
veces el sueldo mínimo trabajando de
mesera o recepcionista o modelo, luego la llevan a otra ciudad, en muchos casos
la violan, y le retienen el DNI para que no escape. Luego la explotan sexual y
laboralmente. La mayoría de jóvenes rescatadas de los campamentos mineros de
Madre de Dios, donde las prostituían en bares y discotecas, fueron captadas
así.
Muchas menores también son enganchadas a través de las redes
sociales. Fue el caso de María –así la llamaremos–, una quinceañera contactada
por Facebook. Le ofrecieron trabajo de modelo. Le iban a pagar por hacer unas
fotos para un catálogo, pero tenía que viajar a Lima. También le dijeron que no
le cuente a sus padres porque otras chicas habían ido por dos días y sus papás
se habían molestado.
María vive en un pueblo pequeño del centro del país. Sin
decirle nada a nadie fue hasta la capital de su región y ahí le pidió al chofer
de una agencia de transporte que la dejara viajar a la capital. Este la citó
para otro día y le dijo que la haría subir escondida porque era menor. El día
indicado el hombre la encerró en un ambiente, la violó y después la subió a un
bus.
En Lima la subieron a un camión. Ahí pudo ver a chicas de su
misma edad. Las pusieron al fondo de la tolva, apilaron cajas para cubrirlas y
enrumbaron al sur. A la altura del puente Alipio Ponce subió uno de los sujetos
a decir que no hagan bulla. 'María' vio que tenía un arma. Instintivamente la
cogió y esta se disparó. Se armó la confusión y ella aprovechó para tirarse del
camión y huir. Hoy ya está con sus padres, pero no se sabe nada de los otras
chicas.
Hora de actuar
El martes pasado, en la presentación del 'Tercer informe
alternativo sobre la trata de personas en el Perú 2014-2015' de CHS
Alternativo, se mostró un video con una reciente intervención a un campamento
minero en Madre de Dios que dio como resultado el rescate de 18 menores de edad
que eran prostituidas en el lugar. Dos de ellas estaban embarazadas.
También se mostraron cifras del delito en el Perú: de las 2
mil 241 víctimas de trata registradas entre 2009 y 2014 –según cifras del
Ministerio Público– el 80% de víctimas eran mujeres, el 56% eran menores de
edad y al 50% las captaron ofreciéndole un trabajo. La trata de personas en el
Perú tiene rostro de mujer adolescente y pobre.
Para Ricardo Valdez, de CHS Alternativo, urge que se destine
mayor presupuesto para los albergues de acogida. Hoy solo hay dos albergues
especializados en la atención de víctimas. "Debe haber uno en cada
región", dice. Por su parte, Javier Chávez Cotrina, coordinador de las
fiscalías especializadas en trata de personas, plantea aumentar el presupuesto
de la policía para labores de inteligencia. "Sin información no hacemos
nada", dice.
En sus últimos operativos la policía continúa encontrando
menores de edad en prostíbulos y antros de Lima. Hace unas semanas rescataron a
una menor de provincia que estaba en el Trocadero. Y en Huaral también
encontraron a otra. "Dentro de nuestras posibilidades, hacemos todo lo
posible", dice el coronel Chávez. Desde el 2009 al 2015 se ha denunciado a
3.800 integrantes de estas mafias. Solo 60 están en la cárcel. Las mafias
siguen ganando la partida.
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