Justicia popular:
relato de un pueblo
tras la muerte de dos delincuentes
#ChapaTuChoro. Centro poblado de Andas, en Huánuco, contó su verdad de
los hechos, cuando la semana pasada, en medio de la desesperación, un grupo de
pobladores quemó vivos a dos presuntos ladrones.

En la entrada del pueblo de Andas, en Huánuco, está colgado
un cartel que dice: “Ama Sua (No seas ladrón), Ama Llulla (No seas mentiroso),
Ama Quella (No seas ocioso)”. Los pobladores respetan estos lineamientos
morales y viven en paz con sus vecinos. Al menos así era hasta el 15 de
setiembre.
Ese día unos desconocidos llegaron al pueblo y sembraron el
terror en la población.
Andas es un pequeño centro poblado rural ubicado en el
distrito de Jacas Grande, provincia de Huamalíes, a cuatro horas de la ciudad
de Huánuco.
El nombre del pueblo ahora está en boca de todos porque allí
se produjeron crímenes terribles aquel día.
Los pobladores lo saben y no quieren ser señalados. Por ello
rompen su silencio y cuentan a La República lo ocurrido.
Por turno, sentados en la puerta de su local comunal,
recuerdan que dos presuntos delincuentes fueron quemados vivos en castigo por
sus actos.
Aseguran que se dejaron llevar por la indignación tras
descubrir que uno de los pobladores más queridos había sido asesinado por los
extraños.
A las cinco de la tarde de ese día, un comunero notó la
presencia de los desconocidos. Entonces sonó la campana para alertar a la
población. Por lo general a esa hora los agricultores y ganaderos regresan de
las chacras con sus animales.
De pronto, alguien dijo que
unos vecinos se hallaban en peligro y en segundos todos se reunieron en
la plaza del pueblo para buscar a quienes hacían peligrar a sus hermanos.
“Se habían escondido entre los corrales. Nos habían dicho
que eran tres pero uno de ellos logró escapar. En un terreno de 150 metros se encontraban estos sujetos,
estaban con mochilas y al ver a la gente se asustaron y sacaron una pistola”,
asegura el alcalde del centro poblado de Andas, Luis Rojas.
El cielo se oscureció cuando un grupo de vecinos detuvo a
los sujetos. Eran las 8:30 de la noche cuando la gente llegó al local comunal.
Los sospechosos eran Miguel Mauricio Nieves, de 32 años, natural del Callao, y
Emerson Wilfredo Roque Moreno, 24 años, natural de Huánuco.
La pistola estaba en la mano de uno de ellos. La mostraba
para intimidar a la muchedumbre.
“¿Cuántas balas tienes? Somos muchos, podrás disparar a
alguien, pero entre todos te vamos a agarrar”, les gritaban los pobladores.
Entonces sonó un disparo
y cayó herido el dirigente comunal Alejandro Guardia Salazar (57). Su
muerte se produjo a los pocos minutos.
El balazo le había ingresado por la zona derecha del pecho y
el agricultor, dueño de plantaciones de fruta y tubérculos, no resistió.
“Ese hombre tenía seis hijos, tres de ellos pequeños que
ahora no tienen la atención de su padre. Figúrese que los más pequeños tienen
retardo mental. Por eso se enfureció la
gente”, explica Dedicación Guzmán, quien recuerda bien los hechos ocurridos aquella fatídica noche.
El crimen enfureció a la turba que persiguió a los sujetos
hasta capturar a dos de ellos. El autor del tiro logró huir y se sabe que
podría llamarse Ángel Moreno Moris.
Entonces golpearon y desnudaron a los sospechosos. Luego los
ataron de pies y manos.
“Nosotros no sabíamos si ellos tenían otro tipo de armas,
por eso les quitamos sus prendas, queríamos estar seguros de que ellos no iban
a matar a más gente”, relata Dedicación.
Entonces alguien sugirió rociarles gasolina y prenderles
fuego. Y no saben por qué lo hicieron. “Tal vez por la cólera”, señalan.
“No había otra solución, sabíamos que si los entregamos a
las autoridades ellos algún día iban a salir en libertad e iban a tomar
venganza. La muerte de ellos fue la solución. La comisaría de Llata está a dos
horas, sabemos que fue un error, pero las circunstancias nos llevaron a eso”,
dice Rojas.
Horas después, agentes de la comisaría de Llata encontraron
los cuerpos quemados en la carretera de ingreso a la localidad de Andas. Los
cadáveres fueron llevados al hospital de la ciudad de Llata, capital de
Humalíes.
PUEBLO SIN ESTADO
El linchamiento ocurrió en plena difusión de la cuestionada
campaña de la comunicadora Cecilia García ‘Chapa tu choro’.
Pero no nos engañemos, este tipo de ajusticiamientos en los
centros poblados es muy frecuente y la muerte de los delincuentes se produce
por lo menos cinco veces al año.
El centro poblado de Andas no cuenta con mucha presencia del
Estado. Sus autoridades son un alcalde, un teniente alcalde y un juez de paz.
No existe una comisaría que brinde seguridad a los pobladores.
“Quiero decir que la población se siente afectada, ya que
existe mucho miedo. Quiero decir que no es fácil quitarle la vida a un ser
humano, pero al ver a un amigo tendido en el suelo, la población perdió el
control; no somos una población violenta”, argumenta el representante de la
alcaldía.
Y sigue... “pocas veces nos han pasado esto, sabemos que en
otros poblados han actuado de esta forma. Hace unos meses murió un ladrón, en
otra ocasión la población quemó el vehículo de los delincuentes, esto ocurre en
otros poblados, esa noche nos tocó a nosotros y este fue el resultado”.
FAMILIA MORTIFICADA
Por su parte, la madre de uno de los ajusticiados, Emerson
Roque Moreno, señala que todo fue un error y pide castigo para los comuneros.
Rosa Yolanda Moreno Mori denuncia que el crimen sería por
una deuda que tenían con un poblador de nombre
Eduardo Rojas Soto, deuda que ascendía a 5 mil soles.
Asegura que Rojas Soto y Francisco Príncipe Correa habrían
rociado con gasolina el cuerpo de los dos desafortunados.
“Eduardo Rojas le debía a mi hijo la suma de S/. 5.000, y
tal vez por eso es que decidió asesinarlo y quemarlo con gasolina, ya muchos de
los que han participado están identificados”, expresó.
Rosa Moreno dice que existe un video y la prueba para iniciar
su denuncia. La Policía y la Fiscalía iniciaron una investigación preliminar de
los hechos y esperan encontrar responsables.
“LO OCURRIDO EN EL
PUEBLO DE
ANDAS ES UN HOMICIDIO
CALIFICADO”
El especialista César Bazán, de IDL, indicó que en el Perú
existen muchos casos de crímenes en las zonas rurales. Por ello, anotó, hay una
organización comunal, como son los ronderos campesinos, que están en Cajamarca
y en otros lugares.
“Existe mucha violencia: La ronda es la forma que tienen
algunos para corregir a un sujeto que cometió un acto criminal. Se organizan y
llevan a los delincuentes de ronda en ronda hasta llegar a la comisaría; antes
lo castigan”, afirma el especialista en seguridad.
Dijo que la muerte de los delincuentes es un crimen, y la
tarea de la Policía y el Ministerio Público es investigar y dar con los
responsables. Es un delito que no puede quedar impune.
Este tipo de actos se
tipifican como homicidio calificado, porque hay crueldad y alevosía y en el
Código Penal indica que la pena no es menor a 14 años de cárcel.
26 de Septiembre de 2015. Escribe:Eduardo Salinas
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