Sarita Fierro, primer puesto de Beca 18:
"Necesitamos profesores con mayor vocación”
“Muchos candidatos (presidenciales) solo prometen y otros tienen un pasado que da un poco de miedo si llegan al poder. Aún espero una nueva propuesta”, afirma con sabiduría.

Nació en San Martín de Pangoa, Junín. Llegó a Lima a los
18 años para estudiar en el instituto Avansys, favorecida por el programa
social del gobierno Beca 18. Hoy, tres años después, ha culminado su carrera y
ha logrado el primer lugar del programa en todo el país, entre 1,700
estudiantes. Sarita Fierro es tímida, pero segura en sus palabras, y en sus
ojos se reflejan la alegría del deber cumplido y la ambición por llegar más
lejos.
Sus
padres deben estar contentos con el logro obtenido.
Están muy emocionados, más que yo, creo (risas). Les
emociona que haya logrado una carrera técnica, que haya podido estudiar.
¿Y
usted cómo se siente?
Emocionada y bien conmigo misma de haber logrado esta
meta. Ahora, a continuar especializándome.
¿Extrañó
mucho a sus padres mientras estudiaba?
No tanto. Ellos son separados. Cuando vivía en San Martín
de Pangoa andaba casi sola, porque mis padres trabajaban todo el día. Yo
llegaba a almorzar y casi era una vida sola, con mi hermano.
¿Cómo
fue ese momento en que se enteró que era la primera alumna?
No me imaginaba que lo lograría porque pensaba que había
muchas personas mejores que yo, en todo el país.
¿Su
sueño era estudiar diseño gráfico?
Soñaba con estudiar medicina, pero no se daba la
oportunidad, porque mis papás no podían costear esa carrera. Cuando llegó Beca
18 escuché por la radio y mi papá me dijo que lo intentara. Eso sí, siempre me
pregunté cómo se hacían los banners o gigantografías. Quería hacer eso y opté
por el diseño gráfico.
¿Y
cuál es su sueño ahora?
Mi gran sueño es tener una agencia publicitaria. Incluso,
con algunos compañeros ya hemos conversado sobre esa posibilidad.
¿Qué
opina del diseño y la publicidad en Lima?
Las ofertas de diseño en Wilson dañan un poco la carrera.
¿Sabía
dibujar cuando empezó a estudiar diseño?
No. Pero sí tenía ese talento y no lo sabía. Las primeras
clases que tuve fueron de acuarela y descubrí que me gustaba pintar. La
profesora me dijo que pintaba como si ya lo hubiese hecho antes. Me encantó.
¿Fue
complicada la carrera?
Fue fácil porque los profesores explicaban mucho mejor
que en mi colegio. Además, me ponían retos y eso me gustaba, porque trataba de
que mis trabajos salieran bien. Me amanecía para lograr buenos proyectos,
quería que los profesores se sorprendieran de mí.
¿De
dónde hereda ese deseo de ser la mejor?
Mi mamá es así. Cuando se separaron mis papás, mi madre,
mi hermano y yo nos fuimos a vivir a otro lado. Pese a que al comienzo hubo
conflictos, mi mamá se las ingeniaba de mil maneras para tener dinero y, al
menos, comer ese día. Ella lavaba ropa, vendía patasca, se iba a los
aserraderos para luego vender leña, y ahora vende chicha en el mercado. Mi mamá
me inspiró, porque es trabajadora y luchadora.
¿Y
su padre?
Se fue por un tiempo, desapareció y volvió.
¿Qué
piensa de él?
Tenía un poco de cólera, resentimiento hacia mi papá
porque nos había dejado solas. Pero luego pensé que no vale la pena guardar
resentimiento. Ahora mis padres se hablan, son amigos y cada uno va por su
camino.
¿Uno
de sus sueños también sería traer a su mamá a Lima?
Siempre he pensado que terminando mi carrera le daré una
mejor calidad de vida a mi familia.
¿Qué
opina de la educación?
En San Martín de Pangoa no sé si los profesores tienen la
vocación de ser maestros o solo lo hacen por ganar dinero. Van con un libro, un
cuaderno y te dicen: “Copia de tal a tal página, o lee tal cosa y resúmelo”. La
educación allá es así. Mientras, se la pasan conversando afuera.
¿Qué
debe mejorar en la educación?
Necesitamos profesores con mayor vocación.
¿Y
cómo hacía para aprender más en esas condiciones?
Me iba al Internet, pero igual tampoco es veloz, pues
carga una página en media hora. Trataba de ir a las bibliotecas, pero paraban
cerradas o no tienen muchos libros.
¿Qué
le pediría al presidente Ollanta Humala para que nuestro país sea mejor?
Que vea más por las zonas alejadas del Perú. Por ejemplo,
San Martín de Pangoa tiene mucho potencial turístico.
¿Ya
sabe por quién votar en las elecciones presidenciales?
No sé, estoy confundida. Muchos candidatos solo prometen
y otros tienen un pasado que da un poco de miedo si llegan al poder. Todavía
espero una nueva propuesta, alguien nuevo. Hay muchos políticos repetidos y se
sabe lo que han hecho.
¿Cómo
es la realidad política en San Martín de Pangoa?
La gente que entra en política no ha tenido una carrera
profesional, pero dicen que son médicos o ingenieros. Engañan y la gente les
cree. Dicen: “Ese señor ha estudiado en Lima, es doctor, ingeniero”. Creen que
porque han estudiado en la capital pueden llevar a San Martín de Pangoa a un
futuro mejor.
¿No
le gustaría ser política?
No me gusta.
Ser
alcaldesa y sacar adelante a su ciudad.
Pero de otra manera. Me gustaría regresar y aportar,
desde la publicidad, en promocionar los atractivos turísticos. Además, hasta
ahora no tenemos ni pistas, ni desagüe. Todo es tierra. Cada vez que voy está
peor, la economía no crece. Solo hay café. Todos están en su mundo.
¿Qué
es la felicidad para usted?
Ver a mi familia feliz, mucho mejor de lo que ahora
están. Como mis padres son de edad, me duele verlos trabajar. Quiero que estén
bien.
AUTOFICHA
“Obtuve el primer puesto de Beca 18 en todo el
país con un promedio de 18.3. Terminé la carrera de Diseño Gráfico
y Publicidad Digital. Quiero trabajar y poder hacer mis prácticas profesionales
y sacar mi título”.
“Por el momento quiero quedarme en Lima y ya,
más adelante, regresar a San Martín de Pangoa. De mi carrera lo que más me gusta son las infografías. Son interesantes”.
“En el colegio era responsable, me gustaba
terminar bien mis trabajos. Detestaba incumplir las tareas que dejaban. Todas
las hacía. Mi papá tiene 65 años. Mi mamá ya está cerca de los 60. Los quiero
ayudar”.
*Por Mijail Palacios Yábar (mpalacios@peru21.com)
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