Fue
fundamental concebir el diferendo
marítimo como una política de Estado
La Haya. Dos años después del fallo de la Corte, La República reunió a los embajadores Wagner y García Belaunde que lideraron esta tarea. Plantean que esta misma perspectiva se aplique en otros temas.
María Elena
Castillo – La República

Cuando los
embajadores Allan Wagner y José García Belaunde vieron que era inminente acudir
a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para resolver el diferendo del
límite marítimo con Chile, sabían que no sería sencillo, pero estaban
convencidos de que el Perú tenía la razón y, ni bien recibieron el encargo, se
dedicaron casi en exclusiva a probarlo.
A principios
del 2007, el entonces canciller García Belaunde se dio cuenta de que no había
otra opción que acudir a la instancia supranacional, ante la negativa de su par
chileno a tocar el tema. Entonces, se enfrascó en buscar información y
contactar a los abogados internacionales que asumieran la tarea legal de probar
que no había un tratado de límites marítimos, como aducía Chile. En ese momento
Wagner era ministro de Defensa, cargo que dejó a fines de diciembre para el 16
de enero del 2008 ser designado agente diplomático del Estado peruano ante el
tribunal de La Haya, y su primera acción fue entregar la demanda contra el
gobierno chileno. Cuatro años después, el 27 de enero del 2014, la Corte falló
reconociendo el 75% de nuestra demanda y otorgando al Perú 50 mil kilómetros de
mar.
Dos años
después de este fallo, La República reunió a estos dos embajadores que
lideraron el proceso que permitió cerrar
definitivamente todas nuestras fronteras limítrofes.
"Lo más
importante es que se tomó conciencia de que este tema debía llevarse como una
política de Estado, que bien concebida y ejecutada nos permitió alcanzar
resultados exitosos", expresó Wagner.
Subrayó que
esta misma visión se mantuvo de forma consistente en los tres gobiernos que
involucró este asunto, pues ya desde la gestión de Alejandro Toledo se habían
dado algunos pasos iniciales.
Incidió en
que desde el punto de vista de Política Exterior se logró también llegar a un
acuerdo de límites marítimos con Ecuador, a través de un tratado gestionado por
García Belaunde cuando era canciller; a lo que se sumó luego la sentencia de La
Haya que fijó la frontera marítima con Chile.
"Una
cosa que nos emocionaba fue el respaldo y la confianza de la sociedad en su
conjunto, del ciudadano común, de la gente de la calle", destacó García
Belaunde, quien al dejar de ser ministro de Relaciones Exteriores, en 2011, fue
nombrado coagente ante La Haya.
"Hay
que ver el fallo no solo a la luz de lo que esperábamos obtener, sino de lo que
teníamos antes del fallo, que para todo efecto práctico era un paralelo hasta
las 200 millas y una situación muy extraña con respecto al triángulo externo de
mar, que no estaba muy claro. Nos reconocieron el 75% de lo que queríamos
obtener, lo que es mucho en comparación con lo que teníamos antes",
expresó, resaltando que se haya logrado a través de una apuesta de paz.
HECHO DESAFORTUNADO
Wagner y
García Belaunde estaban seguros de los argumentos peruanos. Recordaron que en
diciembre del 2012, cuando finalizó la fase oral en La Haya, todo el equipo
sentía que se había ganado.
Por eso, los
términos de la sentencia no los cogió por sorpresa, como sí ocurrió con la
interpretación del entonces presidente chileno, Sebastián Piñera, momentos
después de conocerse el fallo. Según él, ratificaba que el límite terrestre
entre ambos países se iniciaba en el Hito 1, y empezó a reclamar el
"triángulo terrestre".
"Lo que
ocurrió el día del fallo con la expresión del presidente Piñera fue muy
desafortunado", refirió Wagner. "La confianza que trabajamos mucho
los dos países sobre el cumplimiento del fallo fue sin duda afectada por la
manera como distorsionó", lamentó.
Destacó que
pese a estas declaraciones Chile se allanó y participó en un rápido proceso
para ejecutar la sentencia.
Y explicó
que el Tratado de 1929 y las actas de la comisión de límites de 1929 y 1930
señalan claramente que el punto de inicio de la frontera terrestre es el Punto
Concordia. "El tiempo va a permitir que este tema se resuelva con una
buena lectura de todos los instrumentos y mirando al futuro, que es lo que nos
interesa como países y pueblos", manifestó.
García
Belaunde también está seguro de ello y enfatizó que este asunto debe mantenerse
en el terreno diplomático, invocando a los candidatos que postulan a la
presidencia a no incluirlo en el debate electoral.
Ambos
destacaron que, además del éxito jurídico, este caso debe servir para entender
la importancia de concebir otros temas esenciales, también como una política de
Estado.
"La
educación es un tema con el que se puede comenzar, afianzando lo que se ha
hecho en los últimos años, sea quien sea elegido presidente. Eso sería fundamental",
resaltó Wagner.
CULMINAR CON LOS TEMAS
PENDIENTES
Tanto Wagner
como García Belaunde coinciden en que si bien el fallo se ha ejecutado a
cabalidad, es importante zanjar todos los asuntos pendientes vinculados al
tema.
Explicaron
que tanto Perú como Chile están obligados a aplicar el derecho internacional
del mar y se han tomado medidas para ello como la libre navegación y
sobrevuelo, que se está aplicando sin problemas.
Por el lado
peruano, se ha modificado la ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo que
incluye las coordenadas del punto de inicio de la frontera marítima acordadas
en el acta de trabajos conjuntos firmada en marzo 2014 entre Perú y Chile. Está
pendiente en el Congreso la aprobación de un proyecto de ley sobre el libre
tendido de cables submarinos para efectos de comunicaciones.
A Chile le
falta terminar el trámite parlamentario para aprobar una enmienda a una ley que
habla del mar presencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario