Profesión de riesgo
El informe
anual de Reporteros sin Fronteras aporta una cifra de escándalo: 67 periodistas
murieron en 2015 en el mundo debido a su profesión.
No es solo
la cifra la que impresiona: Francia aparece por primera vez en esta lista como
consecuencia de la masacre producida hace casi exactamente un año, cuando
fundamentalistas islámicos sembraron el terror en la redacción del semanario
satírico “Charlie hebdo”, asesinando a ocho periodistas. Fue el hecho que
marcaría el inicio de un año particularmente sangriento en París.
Pese a ello,
Francia solo figura en tercer lugar en la ominosa lista, precedida por Irak
(11) y Siria (10). Pero lo nuevo de la lista del 2015 y que la diferencia de la
del año anterior consiste en que si en el 2014 dos tercios de los periodistas
asesinados se encontraban en zonas de conflicto, esta vez la proporción se ha
invertido y un 64% de los hombres de prensa muertos trabajaban en países que no
están en guerra, como Francia, India y Filipinas.
En América
Latina, es México el país con mayor número de periodistas asesinados: ocho
(cinco de ellos sin que hasta hoy se sepa el motivo). Uno de estos colegas, el
reportero gráfico Rubén Espinoza, quien cubría movimientos sociales y
agresiones contra la prensa en Veracruz, había huido a Ciudad de México al
recibir amenazas, lo que no impidió que fuera abaleado junto a cuatro mujeres
que lo alojaban.
Honduras
registra siete periodistas asesinados, ninguno de ellos con motivo precisado.
En Colombia, la Fundación por la Libertad de Prensa señala que más del 45% de
las investigaciones por homicidio de periodistas en los años de violencia han
prescrito sin llegar a conclusiones. En el 2015 solo se reportó un caso, que
con los tres registrados en Brasil y el restante en Guatemala completan el
listado de estos crímenes a nivel latinoamericano.
El informe
se cierra con dos noticias inquietantes: al menos 54 reporteros están
secuestrados en Siria, Yemen, Irak y Libia, todos ellos con presencia de
organizaciones terroristas islámicas. Y China (23), Egipto (22) e Irán (18)
encabezan la lista de países con más periodistas encarcelados, los que suman
153 en el mundo.
En nuestro
país los gobiernos democráticos que se han sucedido en los últimos quince años
han respetado la libertad de expresión, aunque no hemos podido librarnos de
casos de periodistas asesinados como los registrados en Yungay y Pucallpa. Pero
no podemos olvidar que, por casi un decenio, el Perú conoció una prensa
amordazada y otra pagada por el poder fujimontesinista, que la utilizó para
enlodar honras y alabar al dictador y su socio. Fueron tiempos oscuros que no
deben repetirse, pues si volvemos a tener prensa, radio y TV sometidas,
entonces habremos dejado morir otra vez la democracia.
Nuestra
solidaridad con los colegas que han perdido la vida en 2015 y con aquellos que
se encuentran secuestrados o en prisión defendiendo los fueros de una profesión
amenazada. Al hacerlo, pensamos también en países como Venezuela o Ecuador, en
los que la prensa independiente sigue defendiendo con coraje sus opiniones,
pese a los maltratos y chantajes del poder. Con ellos, debemos reafirmar que
permaneceremos firmes en defensa de las libertades y del derecho de
fiscalización que nos competen, y que tanto nos costó recuperar.
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