Alberto
Fujimori no fue absuelto por
caso de torturas a Susana Higuchi
No es cierto
que la acusación formulada por la ex primera dama Susana Higuchi contra su
exesposo Alberto Fujimori haya sido archivada por tribunales peruanos o
extranjeros, como sostiene la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko
Fujimori Higuchi. Su madre tampoco se ha retractado de sus imputaciones.
Lupe Muñoz –
La República

El
expediente judicial del caso de las torturas de las que fue víctima la ex
primera dama Susana Higuchi Miyagawa no ha sido archivado por el sistema
judicial peruano ni tampoco se ha declarado la inocencia del principal
imputado, el expresidente Alberto Fujimori.
De acuerdo
con fuentes del Poder Judicial y de la Procuraduría Anticorrupción, y de
exfuncionarios del Estado que tramitaron ante la Corte Suprema de Chile la
extradición de Fujimori por esta acusación formulada por la propia Susana
Higuchi, el caso se encuentra en la Sala Penal Nacional.
En dos
recientes declaraciones a canales de televisión la candidata Keiko Fujimori
Higuchi alegó que la denuncia de las torturas infligidas a su madre era
“leyenda” y que el caso había sido archivado en los “tribunales
internacionales”, con lo que salvaba de responsabilidad a su padre Alberto
Fujimori.
La versión
de Keiko Fujimori no se ajusta a la verdad.
No solamente
Susana Higuchi no se ha retractado de las numerosas ocasiones en las que relató
con lujo de detalles cómo había sido encerrada en las instalaciones del Servicio
de Inteligencia del Ejército (SIE), en el Cuartel General del Ejército, en San
Borja, y en tales circunstancias presuntos militares le aplicaron choques
eléctricos y le inyectaron sustancias desconocidas, en represalia por haber
denunciado actos de corrupción protagonizados por los familiares de su esposo
Alberto Fujimori.
Tampoco es
cierto que algún tribunal nacional o extranjero declarase la inocencia del
expresidente Fujimori respecto a las imputaciones de Susana Higuchi.
El
expediente del caso está “congelado” en la Corte Suprema.

ACUSACIONES DE SUSANA
Las
alegaciones contra Alberto Fujimori por las torturas aplicadas a Susana Higuchi
no se originaron por un tercero sino por la misma ex primera dama. No fueron
“leyendas”, como asegura Keiko Fujimori, sino acusaciones que Higuchi sustentó
hasta tres veces ante el Congreso.
El 29 de
octubre del 2001, ante la comisión investigadora que presidió el legislador
Mauricio Mulder, Higuchi afirmó: “Sufrí tortura con electroshock en dos
oportunidades: una en el año 1992 y otra en el año 2000. El electroshock fue
luego de la denuncia (contra los familiares de Fujimori por el robo) de la ropa
donada, luego del autogolpe, y dentro de esos cuatro meses que me mantuvieron
encerrada en el Pentagonito, en el Servicio de Inteligencia del Ejército, me
torturaron con electroshock y de las cuales todavía tengo, pueden ser visibles
ciertas huellas de quemadura hasta en la cara y en todo el cuerpo. Quizás (fue
en) mayo de 1992. Y la otra fue específicamente el domingo 4 de junio del año
2000, en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) del Hospital Loayza, cuando ya
era congresista electa, mas no congresista juramentada”.
El 7 de
noviembre del 2001, Susana Higuchi ante la misma comisión narró la ocasión en
que Fujimori la amenazó con un machete: “(Ante las) testigos Rosa Barrera de
Milla y Teresa Guimac y la finada Nelly Maldonado Jarris de Gamarra, (Fujimori)
me trató de agredir con un machete. (…) (Fue) antes de entrar al desayuno y en
una actitud (agresiva) y con una cara endiablada… Tuve que gritar todos los
nombres de mis amigas, quienes vinieron corriendo…”.
El 26 de
febrero del 2002, ante la comisión que presidía la congresista Anel Townsend,
Higuchi explicó cómo fue que la plagiaron para torturarla: “Si mal no recuerdo
el primero de abril del 92 efectuamos la mudanza (al SIE). (…) Una tarde, aproximadamente 6 de la tarde,
entraron aproximadamente 8 personas de buena musculatura y buena talla. De
civil, pero con corte de pelo estilo militar. (Me golpearon) de frente al
cuerpo. (…) Me empezaron a golpear primero hasta que por último me desmayé.
Recuerdo algo que cuando recuperé el sentido más o menos aturdida, por cierto,
pero recuerdo que me vendaron y me encapucharon, me subieron a una camioneta 4
por 4 en la parte posterior y parece que me inyectaron algo y no sé más. (…)
Apenas veían eso (que me despertaba) llamaban al enfermero a gritos y me ponían
otra dosis. En el muslo. (…) Seguramente
estuve dos días y medio”.
El 5 de
marzo del 2002, Celsa Higuchi Miyagawa, hermana de Susana Higuchi, ratificó
ante la Comisión Townsend cómo la había encontrado en el Hospital Loayza,
después de haber recibido torturas: “Entré a cuidados intensivos y la encuentro
a ella fuertemente amarrada en la cama, pero amarrada así con sábanas a las
barandas, cada brazo a las barandas de la cama, las piernas igualmente
amarradas. Aparte, el cuerpo también tenía amarrado con sábanas. La verdad es
que me causó extrañeza porque habiéndola dejado bien a las 9 de la noche
(anterior), sentada, riéndose, yo dije: ‘¿Qué sucedió?’, nada más. Lo único que
atiné fue a sacarle, desatarla porque no me quedó otra. Pero no tuve
explicación de nada por parte de ningún personal de la UCI, todo el mundo me
ignoró. No sé, me pareció algo extraño y ahí quedó. (…)”.
Las
comisiones resolvieron recomendar al Ministerio Público y al Poder Judicial
investigar y acusar al principal responsable señalado por Susana Higuchi: su
exesposo Alberto Fujimori.
NO FUE ABSUELTO
Cuando
Fujimori fue detenido en Chile, las autoridades peruanas iniciaron el proceso
de extradición del exmandatario por varios casos, entre ellos por las torturas
aplicadas a Susana Higuchi.
Lo que hizo
la Corte Suprema de Chile fue desestimar el pedido de extradición por el
mencionado caso, pero no archivó, ni muchos menos absolvió a Fujimori, como ha
pretendido señalar la candidata Keiko Fujimori.
Según la
resolución chilena, se desestimó el pedido de extradición por dicho caso porque
los delitos imputados por las autoridades peruanas a Fujimori no estaban
contemplados por la el Código Penal de Chile.
De acuerdo
con el dictamen de las autoridades judiciales chilenas del 21 de setiembre del
2007, la sola versión de Susana Higuchi no era suficiente indicio para que
Alberto Fujimori sea juzgado por ese delito.
Quien
explica mejor lo sucedido es el exprocurador anticorrupción Yván Montoya Vivanco,
quien en ese entonces impulsó la extradición de Alberto Fujimori por el caso de
Susana Higuchi.
“No
concedieron la extradición por dicho caso porque consideraron que no había
indicios suficientes, pero eso no significa una absolución a favor de Alberto
Fujimori. Se trata de un proceso de extradición, no de un proceso penal. Antes
de dejar la procuraduría solicitamos la ampliación de la prescripción del caso
de Susana Higuchi. Entonces, el caso está congelado, no está prescrito”, aclaró
Yván Montoya.
Al ser
consultado sobre si es correcto señalar que este caso fue archivado como
explicó Keiko Fujimori, el exprocurador fue muy específico. “No es que se haya
archivado. No hubo autorización para seguir el proceso acá y eso es lo que
sucedió. Rechazaron el pedido sí, pero nunca jamás pudieron archivar el fondo
de la denuncia porque no tenían competencia para ello”, concluyó.
El caso no
es una “leyenda”, y mucho menos ha sido archivado, como manifiesta Keiko
Fujimori.
Alberto Fujimori a Higuchi:
“Solo has
tenido un sueño”
En el
cuadernillo de extradición que las autoridades peruanas enviaron a Chile se
consignó el testimonio de Higuchi: “En 1992 ella fue secuestrada y conducida a
los ambientes conocidos como sótanos del SIE, donde además de ser violentamente
golpeada era inyectada cada vez que despertaba con una sustancia que la hacía
dormir. En estas condiciones permaneció dos días y medio".
“Durante esa
permanencia la mantuvieron con las manos atadas, semidesnuda y con los ojos
vendados... La agraviada empezó por sentir dolor en la parte occipital y
parietal de la cabeza, que al tocarse descubrió que tenía heridas, las que eran
como costras que estaban secas”, indica el documento. “El requerido Fujimori) pese a que la agraviada le hizo
saber lo ocurrido no dio importancia, al punto de decir que se trataba de un
sueño”, precisa.
Enfoque: “El caso de torturas no se
archivó”
Luis Lamas Puccio
Abogado penalista
Ese delito
que motivó una solicitud de extradición no pudo ser resuelto en tanto que la
Corte Suprema de Chile denegó esa solicitud de extradición, y nada más. El
archivo es muy distinto a una negativa de solicitud de extradición. No es que
el caso (de las torturas a Susana Higuchi) se haya archivado en ese sentido. El
archivo implica otro tipo de connotaciones interpretativas respecto al proceso acá en el Perú. No es
correcto hablar de archivo. Lo correcto es decir que la solicitud de
extradición no prosperó o las instancias jurisdiccionales extranjeras no dieron
el visto bueno para que eso pueda ser juzgado en el Perú.
El proceso
no pudo continuar en el país porque no hubo autorización del Gobierno chileno a
través de su Corte Suprema para que ese hecho pudiera ser incluido dentro de la
solicitud de extradición, el archivo es distinto. El concepto de archivo deja
entrever que hay una inocencia del imputado y en este caso no hubo archivo.
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