lunes, 11 de enero de 2016

INFORME



La fiebre del 'oro' espacial

El presidente Barack Obama firmó en noviembre de 2015 una ley que permite a los estadounidenses explotar minerales de asteroides para su beneficio.  La minería espacial está más cerca de lo que imaginamos. Hasta el millonario cineasta James Cameron apuesta por esta actividad.

Las compañías mineras aseguran que los asteroides tienen agua y que al descomponerla podría servir como combustible de las naves espaciales 

Es el año 2025, la primera tripulación de humanos a bordo de seis naves espaciales ha llegado con éxito al asteroide Zoo, una roca espacial que flota cerca a la órbita terrestre y que, según los científicos, es una reserva rica en platino, metal escaso y preciado en la Tierra, del que están hechos la mayoría de los objetos: celulares, anillos de boda, piezas de automóvil, dispositivos médicos.

Este hecho es tan importante para la humanidad como la llegada del hombre a la Luna.

Según los expertos, un grupo de robots controlados desde la Tierra por astronautas serán los encargados de explorar el asteroide y comenzar con la explotación minera. Tal como se anunció, este cuerpo rocoso de 500 metros de diámetro concentraría 174 veces la cantidad de platino que se produce al año en el planeta.

Si nuestras naves espaciales consiguen transportar el metal y traerlo a la Tierra, un gran déficit de recursos sería compensado.

Se estima que otros miles de asteroides que vagan en el Sistema Solar, sobre todo en los cinturones de Marte y Júpiter, esperan por nosotros.

Suena a ciencia ficción, pero para el ingeniero espacial, Eric C. Anderson, y el genetista molecular, Peter H. Diamandis, esta historia se hará realidad en un futuro no tan remoto.

Ambos son los fundadores de Planetary Resources, una compañía especializada en diseñar tecnología espacial que dentro de algunos años podría enviar las primeras misiones de robots al cosmos con el fin de explotar los recursos de los asteroides, aquellos restos de roca formados sobre todo por platino, metal que en la Tierra llega a costar hasta 50 dólares el gramo.

En boca de Anderson –quien tiene una empresa de vuelos  comerciales al espacio exterior– la era de la minería espacial está cerca y será la mayor expansión económica de la humanidad:
"Estamos tratando de hacer algo tan audaz, y podríamos fracasar –dijo Anderson al Wall Street Journal– pero creemos que vale la pena mover la aguja del destino del espacio".

EL CLUB DEL ESPACIO

El 2010, cuando se creó Planetary Resources, la idea de explotar los recursos de los asteroides sonaba descabellada. Era un negocio improbable.

Sin embargo, el año pasado, alguien los tomó en serio, muy en serio.

El 25 de noviembre último, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, firmó la Ley del Espacio o la Space Act, norma que le permite a los ciudadanos de su país extraer los recursos espaciales que les plazca para su beneficio.

"Un ciudadano de los Estados Unidos –dice la normativa– tendrá derecho a los recursos obtenidos de un asteroide o el espacio, incluyendo poseer, apropiar, transportar, usar  y vender este recurso de conformidad con las leyes aplicables".

No solo los de Planetary Resources saltaron en un pie al enterarse. Otra compañía como Deep Space Industries ­­­­–que apunta también a explotar asteroides– tomó este momento como histórico y lo comparó con lo que pasó en el siglo XIX, cuando en EEUU se aprobó la denominada Ley del Oeste que dio inicio a  la  "Fiebre del oro".

Todo apunta a que la "fiebre por los tesoros del espacio" está a la vuelta de la esquina, y ha despertado tanto interés que algunos multimillonarios, como los ejecutivos de Google, Larry Page y Eric Schmidt, y hasta el famoso cineasta  James Cameron han decidido invertir sus millones en los proyectos de colonización de asteroides de Planetary Resources.

Según se cuenta, los acaudalados accionistas de Silicon Valley han invertido cincuenta mil millones de dólares,  mientras que Cameron, además de dar un capital, asesora a la compañía.

Como anécdota, se dice que el director de las taquilleras Titanic y The Terminator, aceptó ser parte del staff de Planetary Resources al día siguiente de su regreso de una inmersión submarina en el punto más profundo de la Tierra, la Fosa de las Marianas.
Después de esta osadía, la imaginación del explorador cambió de dirección y apuntó hacia arriba, al firmamento.

A LA PISCINA CÓSMICA

Un informe del diario El País de España señala que "los científicos saben que los asteroides tienen una alta concentración de platino por los meteoritos que han caído en nuestro planeta".

Con esta evidencia, y puesto que llegar a un asteroide no es difícil (su fuerza de gravedad es ínfima, todo es ligero en sus superficie), empresas como Planetary Resources decidieron lanzarse a la piscina cósmica.  Este sería su plan en tres pasos:
"En una primera etapa –indica su presidente Chris Lewicki– se harán estudios y análisis de los asteroides". Se lanzarán pequeños telescopios, los Arkyd-100, en la órbita de la Tierra con la finalidad de localizar los mejores objetivos. Le podría tomar una década a la compañía identificar a los mejores candidatos para la minería.

Lewicki  añade que en otro momento se prevé enviar las primeras misiones de astronautas a los asteroides seleccionados para trazar un mapa e iniciar una exploración profunda. Finalmente, y una vez reconocido el terreno, se establecerían las primeras operaciones mineras en los asteroides que serían controladas por robots.

"Los asteroides, además de contener minerales,  son ricos en agua. Podríamos extraer este elemento que le serviría a los astronautas para hidratarse, e incluso, si logramos descomponer la molécula H2O en oxígeno e hidrógeno, podría utilizarse como combustible para los cohetes", agrega el ex oficial de la Nasa, Chris Lewicki, que tiene un asteroide que lleva su nombre. 

Todo parece posible respecto a la minería espacial, pero hay científicos que se han mostrado escépticos ante los planes de las compañías.

Consideran que el plan de usufructuar a los asteroides no resultaría rentable, pues –según declararon para la CBS News– tan solo en una misión de la Nasa, para regresar dos onzas (60 gramos) de asteroide a la Tierra se invirtió  alrededor de mil millones de dólares.

"Los costos son demasiado altos", dijo el geólogo planetario   de la Universidad de Purdue, Jay Melosh, quien llamó a la exploración espacial: "Un deporte que solo los países ricos, y aquellos que deseen demostrar su destreza técnica, podrán darse el lujo de disfrutar".

LOS PRIMEROS MINEROS

A todo esto, ya se han planteado preguntas del tipo: ¿Pueden los humanos colonizar la  galaxia?

La Ley del Espacio que se aprobó en EE.UU. choca con lo  acordado en el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967.

Según este acuerdo, impulsado por las Naciones Unidas y ratificado por EE.UU.: "La Luna y otros cuerpos celestes no podrán ser objetos de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera". Es decir, el espacio es de toda la humanidad y nadie lo podrá privatizar.

Los inversionistas de esta nueva forma de minería argumentan que dentro de poco la Tierra ya no tendrá suficientes recursos minerales para abastarcerse, por ello tocará recurrir  al espacio para obtenerlos:
"Cuando la disponibilidad de los metales aumente, se reducirá el costo de todo, de los televisores, los celulares, los ordenadores", prometió Peter Diamandis de Planetary Resources.

La minería espacial es algo que va pasar. Y si es así, ojalá que afuera no haya depredación como aquí.



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