lunes, 4 de enero de 2016

INFORME



Hampones con licencia

La Sucamec no cuenta con la información necesaria para saber si los solicitantes de permisos para portar armas tienen antecedentes penales. Sicarios y asaltantes tramitan sin problema sus licencias en las ventanillas del Estado.

Las armas que los delincuentes tramitan en la Sucamec son usadas para perpetrar crímenes 

Hace dos años, en Trujillo, la policía dio el golpe a dos de las bandas de sicarios más temidas de la región, bautizadas como “Los Pájaros” y “Los Ochenta”. Uno de los intervenidos, un extorsionador a tiempo completo, era dueño de una pistola Taurus, calibre 380, que –según cuenta la crónica roja– era disparada sin compasión a sus víctimas: comerciantes y dueños de empresas de transportes que se negaban a pagarle cupos.

Lo insólito de este caso es que el hampón tenía un arma con licencia otorgada por el propio Estado. Es decir, como cualquier ciudadano se acercó a la Sucamec, la Superintendencia Nacional de Control de Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil, realizó el trámite para portar un arma legal y obtuvo el permiso sin mucha traba. De acuerdo a los expedientes de la policía, se hizo pasar por un transportista y pidió un arma para "defensa personal" que en realidad usaba para matar.

Casos como este han sido registrados en el Reporte de Armas Incautadas por la Sucamec, edición 2015. Un grupo de expertos de la superintendencia, encabezado por el Gerente de Políticas, Víctor Quinteros, corroboró que hay una tendencia que se repite desde del 2013, fecha en que presentaron su primer informe.

“De las 3,384 armas incautadas por los efectivos el 2014, 965 contaban con un registro en la Sucamec. La mayor parte  se concentró en las regiones de Lima, La Libertad, Piura, Callao, Ica y Áncash. Las marcas más usadas en pistolas son Browning y Baikal, y en revólveres: Taurus y Jaguar”, precisa Víctor Quinteros.

En otras palabras, una de cada tres armas requisadas a los asaltantes, extorsionadores y sicarios fueron solicitadas legalmente y terminaron usadas en crímenes.

“La cifra sería mayor –añade el Superintendente Nacional Derik Latorre– si consideramos las armas cuyo número de serie fue borrado para que no las identifiquen. Estas sumaron 1,100 el 2014 y no creemos que vengan del mercado negro o ingresen al país por contrabando, nuestra tesis es que se trata de armas de origen legal”.

Cuentan los funcionarios que entre los "usuarios delincuentes" se encontraron nombres conocidos, como el de Renzo Espinoza Brissolesi, alias “Renzito”, presunta mano derecha del procesado por narcotráfico, Gerald Oropeza, quien tenía dos licencias para portar armas de fuego.

“En este caso sus licencias fueron canceladas de forma inmediata”, apunta Quinteros.
Leyes tímidas
¿Por qué es tan fácil para los delincuentes obtener un arma por la vía legal?
Porque hasta el año pasado, la superintendencia, la ventana que decide qué persona accede o no a un arma de fuego, no tenía las herramientas para conocer los antecedentes de los solicitantes.

La Sucamec es un órgano estatal joven, creado el 2012, que antes tenía rango de dirección. Era conocida como Discamec y no tenía muchas facultades. Recién el 2015 se promulgó la Ley N° 30299, una norma que, según los funcionarios de Sucamec, les da más capacidad de control y que por ahora espera ser reglamentada.

“Los requisitos de la ley actual, para obtener una pistola, son laxos– dice el superintendente Latorre. Si bien los solicitantes tienen que presentar sus antecedentes policiales, judiciales y penales, el sistema solo arroja los antecedentes del último año, pero no su historial completo”.

“Si por ejemplo –agrega el Gerente de Políticas, Víctor Quinteros– el solicitante es un sicario que asesinó tres veces y cumplió su pena, por ley el Estado borra sus antecedentes para que pueda buscar trabajo y no sea discriminado. Con ese papel limpio viene aquí a tramitar su arma y tenemos la obligación de dársela”.

Ambos explican que con la nueva Ley, la Sucamec podrá obtener información completa del pasado de los solicitantes:
“Las personas con un récord criminal, los que hayan sido condenados por todo tipo de delitos, incluyendo crímenes y feminicidios, estarán inhabilitadas de forma definitiva para portar un arma”, agrega Quinteros.

Otro requisito para los que quieren armarse es la evaluación psicológica. En la actualidad, el certificado de salud mental puede ser emitido por cualquier clínica o centro de salud. En la puerta de ingreso del Sucamec se ven a los “tramitadores” ofreciéndolos sin control, ¿qué garantiza que los resultados sean fidedignos?

Con la nueva Ley, la superintendencia podrá solicitar al Ministerio de Salud la aprobación de un protocolo riguroso de evaluación. Así, un posible psicópata no pasará el filtro con facilidad.

"Un mayor control de la circulación de armas no representa la prohibición por la prohibición. Es una medida para que nadie pase con tanta facilidad los filtros", apunta Latorre.

En simples palabras, con la reforma, la Sucamec tendrá más poder para prevenir que sujetos como Alfredo Díaz Pizarro, integrante de los 'Barrio King' del Callao, la red de sicarios que tiene en su haber un elevado número de crímenes en el Callao, obtenga una licencia. Tras cruzar información se supo que tenía una que ya fue revocada.

"Otras 661 licencias de un total de 1,594 también fueron canceladas –dice al respecto Latorre. Se ha constatado que los titulares son personas privadas de libertad".

Este es otro dato interesante: Hoy, en nuestras cárceles, hay usuarios que cuentan con licencias de armas para defensa personal, servicios de seguridad privada y hasta para caza y deporte. Poco a poco la Sucamec los está depurando de su sistema y marcándolos como inhabilitados.

LOS MALOS ESTÁN ARMADOS
"Cuando no habían cifras se creía que la delincuencia se nutría de armas del mercado negro, que las compraban en La Cachina de Las Malvinas", dice Víctor Quinteros. "Con nuestros hallazgos se ha comprobado que obtienen sus armas por la vía legal. Lo hacen porque al tener un arma con licencia evitan ser inculpados por delito de tenencia ilegal, eso les ahorra unos años en la cárcel".

El Jefe de la División de Tráfico Ilícito de Armas y Municiones, el coronel  PNP Rolando Cueva, dice que si bien existe tráfico ilegal de armas en el país, aún es incipiente:
"Generalmente ingresan armas largas (fusiles y carabinas) usadas sobre todo por los narcotraficantes  y que no  son pedidas por el delincuente común, como el sicario, que es sobre  todo un usuario de pistolas y revólveres por la misma naturaleza de sus trabajos".

El coronel asegura que al sicario le es más fácil comprar un arma en el mercado legal que recurrir al contrabando. Ratifica los datos que arrojó el reporte de la Sucamec.

Para finalizar, ¿quitarle las licencias a los delincuentes evitará que cometan fechorías?

Aún no lo sabemos. De lo que sí están seguros los especialistas es que al menos ya no será el Estado el que le otorgue una vía rápida a los delincuentes para obtener los instrumentos con los que cometerán sus crímenes. "No hemos descubierto la pólvora –finaliza el superintendente Derik Latorre– se trata de un hecho que no se ha querido ver, pero estamos a tiempo".

Juana Gallegos



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