lunes, 11 de enero de 2016

INTERNACIONAL



El enemigo de Maduro

Henry Ramos Allup preside hoy la Asamblea Nacional en Venezuela y ha prometido sacar al presidente Nicolás Maduro en seis meses. En su país lo ven como un político experimentado pero provocador y arrogante. Por lo pronto, ha retirado las imágenes de Hugo Chavez del Parlamento.

Henry Ramos Allup el día que juramentó como presidente de la Asamblea Nacional venezolana 

Ocurrió en abril de 2014. El chavismo había convocado a la oposición a lo que llamó "Conversaciones de Paz" y ahí Henry Ramos se destacó criticando al régimen y enfrentándose a Diosdado Cabello, entonces presidente del Congreso y número dos del chavismo. En una sesión, Cabello le dijo que su tiempo había terminado e intentó hacerlo callar. Ramos respondió: "Yo no he estado en la Asamblea, no soy subalterno suyo. (...) tengo quince años escuchando cadenas suyas y le pido tolerancia. No me suene la campana".

Los presentes  se rieron. El intercambio lo ganó el opositor.

La gente que vio las imágenes en cadena nacional, colgadas en YouTube y en las redes sociales también lo sintieron así. El incidente ocurrió hace dos años y ya desde entonces los comentarios en Internet auguraban que si la oposición ganaba las elecciones a la Asamblea Nacional, Ramos la iba a presidir. El tiempo les dio la razón. Hace unos días Henry Ramos, líder del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD),  fue elegido con gran ventaja sobre el otro candidato al cargo.

 Como presidente de la AN, hace unos días Ramos volvió  a llamar la atención con un par de gestos que seguro le van a ganar respaldo como el hombre que enfrenta a los líderes chavistas sin miedo. El primero fue el anuncio de adelantar la salida del presidente Nicolás Maduro en los próximos seis meses. Y el segundo fue mandar a sacar todas las imágenes de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro del Parlamento. "Sáquenme esa vaina de aquí. No quiero ver un cuadro aquí que no sea la imagen histórica de Bolívar", se le oye decir en un video.

Perfil de político

Henry Ramos Allup, 72 años,  es secretario general del partido Acción Democrática (AD) desde hace quince años. "Manda con mano de hierro y escasos escrúpulos, según sus críticos", dice el diario español El País. Nacido en la ciudad de Valencia, estado de Carabobo, es abogado y un hombre vinculado a la política desde los 15 años. Para el chavismo es un representante de la vieja política, aquella que en el siglo XX gobernó Venezuela por 23 años en medio de denuncias de corrupción, y que Carlos Andrés Pérez encarnó bien.  

"Maduro lo menciona cada vez que puede para zaherirlo; es una verdadera 'bestia negra' para el chavismo. Tal vez sea un título que ostente con gusto y al que hasta le ha sacado partido. Sin embargo, su coraje y personalidad provocadora no deben tomarse como indicios de falta de reflexión. Por el contrario, se le tiene como heredero de la tradición de cálculo político y cultura de negociación que por años cultivaron líderes adecos como Rómulo Betancourt o Pérez", lo perfila El País.

Esas cualidades le han valido el haberse convertido hoy en el principal líder opositor. "Lo eligieron por su experiencia", le dijo una periodista venezolana a BBC Mundo. También simboliza la unidad de la oposición. Como integrante de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) maniobró y se quedó con el papel de puente entre las facciones, hasta convertir a AD y a él mismo en factores cruciales para la alianza opositora.

También ha pesado en el cargo que ostenta el hecho de que tiene muñeca y peso propio para conducir un Parlamento que se avizora conflictivo. Su temperamento, creen sus aliados, ayudará a frenar a los termocéfalos del chavismo. No obstante, Ramos Allup no es un político libre de cuestionamientos: documentos desclasificados de la embajada norteamericana en Venezuela –publicados por varios medios– lo describían en 2006 como "grosero, abrasivo, arrogante y puntilloso". El chavismo, y sus voceros, se han encargado de recordar ese informe por estos días.

La batalla de la oposición con el chavismo se puede centrar ahora en legislar para sacar a Maduro, pero muchos analistas coinciden en que el Presidente y líder del chavismo todavía tiene un buen margen de maniobra. Igual está preocupado: ha hecho cambios en su gabinete y dice que reformulará su política económica. Hace unos días, un grupo de chavistas le lanzó un objeto a Ramos Allup cuando llegaba al Parlamento. Este no perdió tiempo para demostrar que no se deja amedrentar: "Ustedes no hacen nada con eso. Pendejos", les gritó. (R.M).


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