Las horas finales de
Manuel Burga
Crimen y castigo. Uná crónica que describe minuto a minuto lo que hizo el ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol durante las 48 horas previas a su detención, el viernes por la noche, en Lima.
Manuel Burga Seoane
dormía su penúltima noche en libertad en una casa de playa en Pimentel, al
norte del país. A esa misma hora, 6 a.m. del jueves, en Zúrich, agentes de la policía suiza
entraban por una puerta lateral del hotel Baur au Lac con la orden de detener a
Juan Ángel Napout, (paraguayo y presidente de la CONMEBOL) y Alfredo Hawit
(hondureño y presidente de la CONCACAF) con fines de extradición a Estados
Unidos.
Ajeno a este segundo
golpe de la justicia norteamericana en el llamado “Fifagate”, Burga estaba
lejos de imaginar que solo dos noches después estaría en una celda de la
Policía Judicial de la Dirincri en Lima, enfrentando cargos de conspiración de
crimen organizado, lavado de activos y fraude electrónico.
En realidad, la cuenta
regresiva había estado marcando para él desde el 9 de junio de este año, cuando
Alejandro Burzaco, uno de los empresarios argentinos involucrados en el
escándalo, se entregó a las autoridades norteamericanas en Italia y comenzó a
contarles la vida y milagros de la alta
dirigencia del fútbol sudamericano, entre ellos la del ex mandamás del fútbol
peruano.
JUEVES 7.00 A.M.
Enterado de los últimos
sucesos, Burga se paseaba por el malecón de Pimentel intercambiando mensajes de
Whatsapp para conocer más detalles de la redada en Zúrich. Mientras tanto,
Estados Unidos anunciaba una nueva denuncia que imputaba a dieciséis dirigentes
latinoamericanos de formar parte de una organización mafiosa, que involucraba
el fraude masivo, el soborno y el blanqueo de dinero. A estos personajes se les
acusaba de haber recibido sobornos y comisiones de intermediaros por unos 200
millones de dólares. A cambio, estos intermediarios –como el ahora colaborador
Burzaco– se hacían de los derechos comerciales de torneos de fútbol como la
Copa América, la Copa Libertadores o la Copa
Sudamericana. Entre este elenco de acusados, y sin que él lo supiera
todavía, estaba Manuel Burga.
A la hora del almuerzo, y
mientras Burga hacía planes para regresar a Lima y ponerse en contacto con sus
abogados, Loretta Lynch, la Fiscal General de Estados Unidos, dio una
conferencia de prensa donde presentó los
nuevos cargos y dijo respecto a los dirigentes implicados en la red de
corrupción:
–No podrán esconderse más,
no se van a poder escapar.
Minutos después, el
teléfono celular del ex presidente de la FPF no cesó de sonar. En Lima corría
el rumor de que había sido detenido en Zúrich, mientras se confirmaba que el
Departamento de Justicia de Estados Unidos le imputaba la comisión de los
delitos de crimen organizado, lavado de activos y fraude electrónico. Burga
hizo entonces lo que estaba acostumbrado a hacer cada vez que surgía una nueva
denuncia en su contra en estos últimos
años: atender a todos los medios y proclamar su inocencia.
JUEVES 8.00 P.M.
Manuel Burga emprende el
regreso a Lima sin saber que a esa misma hora en Washington, Loretta Lynch ya
había firmado la solicitud para su detención preventiva en el Perú. Atiende la
llamada de un periodista con el que conversamos para esta nota:
–Manuel, dicen que tu
denuncia se basa en la confesión de Burzaco.
Del otro lado de la línea
solo se escuchó silencio.
Efectivamente, el
testimonio de Alejandro Burzaco, el argentino gerente de Torneos y Competencias
(TyC), da cuenta de que a partir del 2009, Burga y los presidentes de las
federaciones de Paraguay, Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia –el llamado
“Grupo de los Seis”–, pidieron una tajada de los sobornos que la empresa de
Burzaco ya venía pagando al presidente de Conmebol –entonces el paraguayo
Nicolás Leoz– y a los presidentes de las federaciones de Argentina, Uruguay y
Brasil, a cambio de los derechos exclusivos de transmisión de la Copa
Libertadores.
En el expediente de la
fiscalía estadounidense, figura la declaración de Alejandro Burzaco en la cual
dice que él, a través de una filial de TyC con
sede en Islas Caimán comenzó a pagar sobornos por un monto anual cercano
al millón de dólares a cada uno de los presidentes del “Grupo de los Seis”.
Entre ellos, dice el argentino, estaba Manuel Burga.
VIERNES 8.30 A.M.
Cada vez que Burga se ha
visto envuelto en controversias ha tenido por costumbre llamar a un programa
deportivo de radio AM donde le abren los
micrófonos para que él se pueda despachar con un monólogo donde ejerce su
defensa. Esta vez hace lo mismo y ya desde su casa en la Avenida Santa Cruz en San Isidro afirma al
aire:
–No me corrí todas las
veces que me citó el Congreso, y esta vez tampoco me pienso correr.
La diferencia es que esta
vez, y mientras él habla por las ondas de AM para todo el Perú, la oficina de
Cooperación Judicial Internacional y
Extradiciones de la Fiscalía de la Nación ya tiene en su bandeja de
entrada la solicitud de detención preventiva con fines de extradición y prepara
el oficio para que el Séptimo Juzgado Penal de Lima emita la orden de captura
del ex número uno del fútbol peruano.
VIERNES 9.00 P.M.
La ciudad se mueve
apurada ante la llegada del fin de semana prenavideño y los medios están
atareados con la celebración de la CADE en Paracas. A esa hora, en el Séptimo
Juzgado Penal ya se había emitido la orden de captura nacional de Manuel Burga.
¿Es posible que sea inocente? Si ese dinero del que habla Burzaco entró
directamente a la Federación y no a sus cuentas personales, ¿eso no lo exime de
culpa más allá de lo que diga Loretta Lynch? ¿Se trata de una situación de
haber estado en el lugar y con las personas incorrectas?
Manuel Burga está en su
casa de San Isidro. Unos minutos después recibe vía Whatsapp la noticia de su
captura internacional, y usa el teclado para preguntar a su interlocutor:
–¿Acá en Perú o es de
Interpol?
A las 10:30 p.m. del
viernes 4 de diciembre, cuando todo el Perú estaba apunto de enterarse de su
detención, Manuel Burga no sabía todavía quiénes lo habían venido a buscar.
BURGA SE QUEDA EN REQUISITORIAS
El ex presidente de la
Federación Peruana de Fútbol (FPF) Manuel Burga permanecerá detenido en Lima
durante un plazo de al menos sesenta días a la espera de que Estados Unidos
solicite su extradición a las autoridades locales, informó la Fiscalía en un
comunicado. Burga fue detenido el viernes por la Policía para atender una orden
de captura internacional solicitada por Estados Unidos en el marco de la investigación
de la fiscalía estadounidense a altos cargos y ex directivos de la FIFA por
presunta corrupción.
La investigación por
sobornos, que presuntamente alcanzarían los 200 millones de dólares, incluye 92
cargos por delitos que van desde organización mafiosa y fraude masivo hasta
blanqueo de dinero, y los acusados, de los que ocho ya se han declarado
culpables, se enfrentan a un máximo de 20 años de prisión.
El ex presidente de la
FPF mañana pasará a disposición judicial para tomarle su declaración de ley en
presencia de su abogado y del fiscal homólogo al juzgado. Luego, el expediente
de Burga será elevado a la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, donde se
realizará audiencia de extradición. La Sala Penal Permanente emitirá
“Resolución Consultiva”, que será comunicada al Poder Ejecutivo a través del
Ministerio de Justicia. Finalmente, el Consejo de Ministros decidirá la suerte
de Manuel Burga y si procede extradición a través de una resolución suprema.
Juan Carlos Ortecho – La República.
No hay comentarios:
Publicar un comentario