Los tres sacerdotes
asesinados
por el odio a la fe ya son beatos
Mártires de Chimbote. Dos curas polacos y un italiano fueron ultimados por Sendero Luminoso en 1991, solo por oponerse a su campaña de terror y muerte. Ayer fueron beatificados después de 20 años de iniciado el proceso.

Doña Leonor Castillo
(61), a las 10:20 de la mañana de ese histórico sábado 5 de diciembre del 2015,
no sabía si llorar o reír en las graderías del estadio Centenario de Chimbote.
Rumaldo Loli (46), a esa misma hora en la zona de campo, solo fruncía el ceño
parado frente al estrado principal; mientras que, metros más adelante, el
sacerdote español Miguel Company (70) no podía dejar de sonreír muy cerca de
donde se encontraba el delegado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato,
quien empezaba a beatificar a unos amigos suyos. Y es que tanto Leonor, Rumaldo
como el padre Company compartieron tristezas y alegrías con los curas polacos
Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Sandro Dordi, quienes
fueron asesinados por Sendero Luminoso en 1991 por negarse a profesar su
prédica de la muerte en la región Áncash.
El padre Company trabajó
muy cerca del ahora beato Sandro Dordi porque sus parroquias se ubicaban en la
misma provincia del Santa, así que debían coordinar actividades religiosas.
"Siempre caminaba con sus ojotas y era uno más del pueblo. Apoyaba en
todas las obras, tanto en la ciudad como en la chacra y siempre decía que
estaba para los más necesitados", cuenta. Esta imagen ha quedado también
en el recuerdo de los fieles del Santa: Sandro tuvo que aprender las costumbres
de su pueblo.
Company también estuvo
presente, meses antes del cobarde asesinato de los nuevos beatos, en la reunión
que sostuvo el obispo de Chimbote, monseñor Luis Bambarén, con todos sus
sacerdotes, tras haber recibido el ultimátum senderista. Por esos días de 1991,
al monseñor le llegaban escritos y en su caminar por las calles observaba
pintas rojas en las paredes de las casas. "Esa noche que nos dio la
libertad para dejar nuestras parroquias, porque Sendero amenazaba con matar a
dos curas por semana, ninguno de los presentes dijo que se iba. Ahí se
encontraban los padres Sandro, Miguel y Zbigniew”, narra. Sin embargo, tiempo
después, el 27 de julio, empezaban los atentados y él era la primera víctima
del odio a la fe que mantenía este grupo terrorista.
Eran las tres de la tarde
de aquel día cuando en la puerta de su casa, senderistas le dispararon a
quemarropa. "Me salvé de milagro porque la bala pasó a milímetros de la
yugular", cuenta Company, quien al poco tiempo, tras su recuperación, tuvo
que dejar el país luego de permanecer 22 años a cargo de la parroquia de la
zona de El Carmen, en el distrito pesquero de Chimbote.
Quienes no corrieron la
misma suerte fueron los jóvenes frailes franciscanos Miguel y Zbigniew. El 9 de
agosto de ese mismo año, terroristas de Sendero Luminoso llegaron a la zona
andina de Pariacoto (Huaraz), tomaron la plaza e ingresaron a su parroquia
cuando aún había fieles rezando. En esos instantes, el padre Zbigniew curaba a
dos pequeñas y Miguel estaba con los jóvenes. Los senderistas detuvieron al
primer sacerdote y lo tomaron en rehén. "Nosotros le dijimos al padre
Miguel que le podíamos hacer escapar por un muro, pero él no quiso. Dijo que él
no estaba haciendo nada malo y que no nos iba a abandonar”, narra Rumaldo,
quien era catequista en ese entonces. Minutos después, el ahora beato Miguel
fue sacado a rastras por los senderistas. Después ambos religiosos fueron
subidos a una camioneta y horas más tarde, tras fuertes disparos, se conoció de
sus asesinatos.
Dieciséis días después,
el padre Sandro fue ejecutado. El cura italiano estaba intimidado, como todos
los pobladores que vivían en ese distrito, soportando apagones o atentados
criminales contra autoridades. No comentaba a nadie de sus temores, pero las
personas más cercanas podían notar su preocupación. "Padrecito, ¿por qué
no se va si está recibiendo amenazas?, le preguntó Eulogio Gamboa Nacarino
(69), un día antes de su asesinato. "No,
hijo, yo no me voy. No he hecho nada malo para hacerlo", le respondió.
El 25 de agosto, por la
tarde, el padre Sandro acudió a la comunidad campesina de Vinzos para realizar
misas y bautismos. Sin embargo, cuando acabó sus actividades religiosas y
regresaba a la ciudad, fue emboscado por los subversivos, quienes bloquearon
con enormes piedras la carretera. Cuando el sacerdote bajó a quitarlas, le
gritaron “¡Cura, aquí será tu tumba!”, luego lo interceptaron y lo internaron
entre la vegetación. Segundos después, se oyeron dos disparos: uno fue directo
a su corazón y el otro a la cabeza.
Según la Comisión de la
Verdad y Reconciliación (CVR), entre 1980 y 1990, fueron asesinados cinco
miembros de la Iglesia Católica a manos de Sendero Luminoso. Sin embargo, 1991
fue el año con más atentados contra religiosos. La prédica senderista acusaba a
los sacerdotes de "adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo por
sus buenas acciones y sus gestos de solidaridad".
El padre Company recuerda
que la labor que realizaban los nuevos beatos de Chimbote era necesaria en las
zonas más alejadas de Áncash, ya que se sufría una severa crisis económica.
"Veníamos de una hiperinflación y de un shock de precios, por lo que
cualquier ayuda era importante", señala. Para él, la beatificación de sus
tres compañeros significa un reconocimiento a la iglesia que estaba con los
pobres.

FIESTA EN CHIMBOTE
En medio de más de 20 mil
personas, Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los
Santos y representante del Vaticano, leyó en latín la carta apostólica firmada
por el papa Francisco, la cual establece la beatificación de Sandro Dordi,
Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski.
"Su martirio (el de
los sacerdotes) fue la representación de la caridad. La caridad perdona a los
asesinos y genera reconciliación. La caridad no acabará nunca, es el único
sendero luminoso que trae vida y no muerte, que trae paz y no guerra",
afirmó Amato.
Entre los cerca de 300
sacerdotes nacionales y extranjeros, obispos procedentes también de Polonia,
Italia y Bolivia, estaba monseñor Bambarén, quien empezó el proceso de
beatificación en el año 1995. Ese año inició la recolección de la información
que llevó después al Vaticano. "Conmigo empezó este reconocimiento y
conmigo termina", dijo.
Quien también estuvo
emocionado fue el obispo de la Diócesis de Chimbote, monseñor Ángel Simón
Piorno. Él exhortó a los fieles de Pariacoto y el Santa a presentar los
posibles milagros en los que hayan intercedidos los nuevos beatos, porque de
comprobarse estos servirían para volverlos santos.

EN BUSCA DE MILAGROS
Doña Leonor Castillo,
quien es madre soltera de cinco hijos, será la primera en contar el supuesto
milagro que hizo en vida el padre Sandro en junio de 1986. Resulta que su
tercer hijo, que tenía tres meses, no daba señales de vida. “Estaba moradito,
no respiraba ni reaccionaba por más que lo sacudía de nerviosa”, narra. Por
eso, junto a su comadre Rosa, lo llevó a la parroquia para que el sacerdote
italiano lo bautice. Sin embargo, al llegar, este le pidió que dejara de
llorar. "No ves que solo duerme", dijo y luego lo cargó. Segundos
después, el bebé abrió los ojos y Sandro le pidió a Leonor que le dé de lactar
al pequeño.
El señor Rumaldo, de
Pariacoto, señala que los milagros de los padres polacos llegarán a contarse a
partir de hoy. "Los padres Miguel y Zbigniew desde que sufrieron ese
atentado son nuestros santos", señala. En tanto, monseñor Bambarèn aclara
que los tres curas asesinados por Sendero son los primeros mártires del Perú y
de América del Sur porque ofrecieron su vida por amor a Dios y a sus prójimos.
Abimael Guzmán confesó que
los mataron por su labor
pastoral
El 20 de marzo del 2001,
el monseñor Luis Bambarén Gastelumendi se reunió con Abimael Guzmán en la Base
Naval del Callao.
Ese día, el cabecilla
terrorista confesó que los tres sacerdotes fueron asesinados por odio a la fe.
Esta fue la respuesta de Guzmán Reynoso:
"El camarada Jorge,
que comandó la ejecución de los sacerdotes, sostenía que es una verdad
permanente que la religión es el opio del pueblo. Así pensaba yo entonces… pero
fue un grave error… por eso le pido perdón… El camarada Jorge acusó que con la
Biblia, los sacramentos, el catecismo, la predicación adormecían las
conciencias de los campesinos… El camarada Jorge también los acusó de bloquear
el avance de la lucha armada con las obras sociales que tenían en el campo con
Cáritas, que eran como un muro que impedía
el avance de la
revolución (…). Entonces el motivo y causa de su muerte no fue de carácter
político o social sino religioso. Si no fuera así, ¿por qué le pediría perdón a
usted y a la Iglesia?”.
Bambarén es el iniciador
del proceso de beatificación.
RESTOS DEL PADRE SANDRO
DORDI SE QUEDAN EN ITALIA
A pocos días de su muerte
en 1991, el cuerpo del padre Sandro Dordi fue llevado a Italia por decisión de
su familia. Y en estos últimos 20 años han sido múltiples los pedidos de que
sus restos sean enterrados en la parroquia Cristo Crucificado del Santa, como
ocurre en el distrito de Pariacoto donde
están las tumbas de los sacerdotes Miguel y Zbigniew.
Sin embargo, eso no será
posible. La sobrina del ahora beato, Silvia Dordi, explicó que la familia
agradece el gran cariño del pueblo peruano, pero prefiere mantener los restos
del sacerdote en Italia. "Si por mí fuera, preferiría que descanse acá
junto a su pueblo", dijo.
EN EL MUNDO
Existen otros casos de
mártires declarados beatos.
Uno de ellos es el del
sacerdote Titus Brandsma (1981-1942), quien fue beatificado como mártir luego
de ser asesinado por oponerse a la propaganda nazi en la prensa católica de Holanda
y por negarse a aceptar la expulsión de niños judíos de las escuelas católicas.
El clérigo Maximiliano
Kolbe (1894-1941) dio su vida en sustitución de otro prisionero de Auschwitz
(Polonia), durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue beatificado como
confesor, pero el papa Juan Pablo II lo canonizó como mártir.
Carlos Contreras – La Republica
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