Una débil recuperación
Impulsada por los sectores extractivos, la economía peruana apenas se aceleró en el 2015, pero el consumo y la inversión siguen estancados.
El 2015 fue otro año decepcionante para la economía peruana.
El consenso de analistas espera un crecimiento de 2.7% interanual. Si bien será
mayor al 2.4% del 2014, la cifra solo refleja la recuperación de sectores
específicos como minería y pesca, pero no una mejora generalizada. De esta
manera, se acumulan dos años de crecimiento a tasas menores de 3%, luego de
crecer 6.1% en promedio entre 2011 y 2013.
El rebote de las actividades primarias fue el principal
dinamizador de la economía durante el 2015. El sector minero creció impulsado
por el inicio de operación comercial de los proyectos Constancia y Toromocho,
así como la recuperación en la producción de Antamina. Sin embargo, gran parte
de este impulso es consecuencia de decisiones de inversión tomadas varios años
atrás y no refleja una recuperación real de la economía.
La pesca también jugó
un papel importante en el 2015, gracias a la mayor cuota global de pesca de
anchoveta. La mayor producción minera y pesquera impulsó la manufactura
primaria, que está vinculada a industrias extractivas (harina, aceite de
pescado y refinación de metales). Sin embargo, esta solo representa un cuarto
de la manufactura total. La manufactura no primaria continuó estancada.
MOTORES GOLPEADOS
Los principales motores de la economía –consumo e inversión–
continuaron deteriorándose. El consumo privado continuó la desaceleración
iniciada en el 3T14 por el menor
crecimiento del empleo formal, y se estabilizó en un crecimiento de alrededor
del 3.5%. La inversión privada acumulará dos años a la baja. Se espera que
cierre el año con una caída de 5.6% respecto al 2014, y su recuperación aún es
lejana.
El sector construcción –uno de los principales determinantes
de la inversión privada– entró en recesión desde el 2T15, y al 3T15 había
acumulado una caída interanual de 7.7%. En mayo llegó a caer 13.84% interanual,
su peor contracción en diez años. Parte de la caída del sector construcción se
explica por el recambio de autoridades regionales y locales tras las elecciones
del 2014, que implicó un freno a la ejecución de obras. De hecho la inversión
pública también cerrará su segundo año de recesión: cayó 2.0% interanual en el
2014 y se estima una caída de 6.0% este año, tras una aceleración hacia finales
del año.
Los estímulos fiscales no lograron consolidar la
recuperación económica en el 2015. La reducción del impuesto a la renta
–promulgada en el 2014 para liberar recursos a la economía– no fue suficiente,
aunque se podría inferir que ayudó a que el consumo privado no sufra un mayor
deterioro.
Los ingresos del gobierno también se redujeron por los
menores ingresos del sector minero y la rebaja de impuestos impulsado por el
gobierno. APOYO Consultoría estima que en el 2015 la recaudación disminuiría
2.4%. Los ingresos tributarios acumularon una caída de 5.5% al 3T15 y la
reducción más importante se dio en el concepto del impuesto a la renta, el cual
se redujo en 11.2% al 3T15. Luego de representar el 7% del PBI durante el 2014,
en el 3T15 el concepto de impuesto a la renta solo representó el 4.9%. La caída
de ingresos continuaría en el 2016 –aunque en menor medida–, lo que llevará el
déficit fiscal a 3% del PBI, el más alto desde el 2000.
Esta nueva realidad de déficits fiscales, si bien no afecta
los grandes fundamentos a la economía, sí le resta atractivo de la economía local, por lo que perder esta
ventaja comparativa que impulsó la inversión privada por muchos años afectará
el crecimiento potencial del producto.
Por Luis Eduardo
Falen y Ami Ichikawa / SEMANAeconómica
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