Inca Kola real state
QUÉ SE VIENE. Tras la venta de su participación en Corporación Lindley, la familia que embotellaba la legendaria bebida carbonatada de color amarillo se concentrará en los sectores de bienes raíces y retail.

Mentor
Jhonny Lindley Taboada
La historia
de la familia Lindley parece ser la típica crónica del europeo que cruzó un
océano a fines del siglo XIX en busca de fortuna.
No obstante,
Joseph Robinson Lindley, natural del condado de Sheffield, al norte de Londres
(Inglaterra), a diferencia de millones de inmigrantes, sentó sin imaginarlo las
bases de una de las 50 compañías más importantes del Perú, cuyo producto
principal se convertiría con el tiempo no solo en parte de la cultura, sino en
un símbolo patrio contemporáneo.
Por ese
motivo, cada vez que los herederos de Joseph deciden dar un paso adelante en la
internacionalización de sus negocios, el apellido Lindley salta a las primeras
planas de la prensa, generando preocupación entre miles de consumidores, que
creen que cada vez que una botella de Inca Kola se acerca más al mundo se aleja
más del Perú.
"Supimos
comunicar que nos sentíamos parte del país. En las épocas del terrorismo
decíamos que Inca Kola era el sabor que nos une, dábamos ánimos. Cuando pasaron
los tiempos del dolor era el sabor de la alegría, era la fiesta. Frente a las
imitaciones comunicamos que Inca Kola es el sabor peruano, siempre hicimos esa
distinción, siempre nos sentimos orgullosos del Perú”, señaló Johnny Lindley
Taboada en noviembre de 2011, líder de la tercera generación, quien abandonó la
empresa dos años más tarde, dejándole su asiento en la presidencia del
directorio a su hijo, Johnny Lindley Suárez, quien desde fines de 2013
emprendió un plan para convertir a Corporación Lindley en una firma de alcance
global.
Precisamente,
con este objetivo, el pasado 10 de septiembre Lindley Suárez firmó lo que sería
la salida del Grupo Lindley de la embotelladora Corporación Lindley, tras
vender su patrimonio accionarial a la trasnacional Arca Continental (de
capitales mexicanos), que pagó US$ 760 millones por el control del 53,16% de la
compañía.
Con esta
transacción, la familia Lindley vendió las últimas acciones que quedaban
después de venderle el 49% de su participación a The Coca Cola Company en
febrero de 1999, venta que les permitió sumar a la empresa el exclusivo sistema
de embotelladoras de Coca Cola.
Sin embargo,
para que Suárez Lindley siga participando de las decisiones de la empresa,
pagará alrededor de US$400 millones por la compra de 64,5 millones de acciones
de Arca Continental, lo que le permitirá mantener no solo su asiento en la
presidencia de directorio hasta el año 2018, sino que tendrá un lugar como director
en Arca Continental, en México.

"Es
tiempo de seguir creciendo y asumir nuevos retos, consolidando y materializando
la visión e iniciativa de mi padre, don Johnny Lindley Taboada, quien siempre
creyó que el futuro pasaba por la globalización”, declaró Lindley Suárez tras
la operación.
Según el
contrato de asociación, Lindley Suárez estará impedido de invertir en el rubro
de bebidas carbonatadas, tal como le pasó a los hermanos Wong, que quedaron
imposibilitados de apostar sus activos en el negocio de los supermercados
después de vender su participación a la empresa chilena Cencosud.
Cabe la
pregunta: ¿a qué se dedicará la familia que inventó la Inca Kola? El 29 de
septiembre, dos semanas después de haberse producido la millonaria venta, el
nuevo directorio de Corporación Lindley decidió vender 22 terrenos por US$137
millones a Grupo Lindley, encabezado por Johnny Lindley Suárez, propiedades que
según el contrato de compra/venta no son estratégicas para la operación de la
embotelladora.
Según
Lindley Suárez, esta inversión será para potenciar dos nuevos emprendimientos
en retail y bienes raíces, a través de las empresas Great Retail (dueña de las
tiendas Tambo+) y Great Real Estate, propiedad del Grupo Lindley, en las que
además invertirán alrededor de US$ 360 millones, que saldrán del dinero de la
compra de Arca Continental.
EL FUTURO
En 1989,
Johnny Lindley Taboada asumió la presidencia de la empresa a la muerte de su
padre, don Isaac Lindley Stoppanie. Para poder tener una mirada más panorámica,
contrató a Manuel Salazar como gerente general, al que le encargó preparar a la
empresa para el próximo siglo.
En 1995, en
plena recesión económica, las ventas de Inca Kola seguían ganando mercado, con
un crecimiento del 15% en sus ventas respecto a 1994, quitándole mercado a
Coca-Cola y Pepsi. Entonces, según un informe de la consultora Consumer &
Comunication Research, Inca Kola tenía 34,3% del mercado de bebidas gaseosas en
Perú, mientras que Coca-Cola manejaba el 31,9% y Pepsi Cola 10,9%.
"Con
Inca Kola estamos sólidos en Perú. Ahora nos toca concentrarnos en poner linda
la empresa para atraer socios que quieran asumir con nosotros el reto de
capturar otros mercados”, declaró Salazar para Reuters en aquella época.
Sin embargo,
pese a la posición sólida de su marca bandera, Corporación José R. Lindley
ocupaba el segundo lugar entre las embotelladoras, con apenas tres marcas que
sumaban el 36,6% del mercado nacional.
Para Manuel
Salazar, la única fortaleza de la firma de los Lindley era Inca Kola, que
entonces representaba el 96% de su producción, por lo que resultaba clave el
ingreso de otro jugador que le inyectara más oxígeno para competir con The
Coca-Cola Company por otro siglo más, lo que representaría un giro en su
política empresarial.
"La
globalización hace cambiar rápido las orientaciones de los propietarios con
vista al futuro, pues el negocio de gaseosas es tan dinámico que hay que
procurar el mejor provecho de la marca”, explicó Salazar a Reuters, sin
imaginar que dos años después convencería a Johnny Lindley Taboada de firmar un
trato que no solo garantizaría la supervivencia de la empresa que fundaron sus
abuelos, sino que definiría otro rol en el que les tocaría convertirse en los
líderes del sector.
"Significó
asociarse con el primer productor de gaseosas del mundo que antes nadie
consiguió. Inca Kola era nuestro bien heredado y pensamos: ¿quién podría
tenerla segura para toda la vida? Coca-Cola, que es quien tiene la bebida
número uno del mundo. Lo logramos. El rey del mundo nos pidió ser socios, y
esto no se ha repetido", señaló Lindley Taboada, cuando le preguntaron si
fue un error vender Inca Kola.
Ahora le
tocó a Lindley Suárez cerrar la última etapa del ciclo. Hoy, después de haber
liderado emisiones de bonos exitosas en roadshows en Estados Unidos y Europa,
que vencerán en 2020, le queda a Johnny como reto llevar el modelo de gestión
de embotelladoras Lindley a la región, operando probablemente plantas para
producir Coca-Cola en otros países de América Latina.
Lindley
Suárez, con solo 41 años, presidirá una de las 50 empresas más importantes del
Perú, y formará parte de una de las 200 empresas más importantes a nivel
regional, con ventas en México, Estados Unidos, Argentina y Ecuador, por más de
US$ 5.400 millones.
Nada mal
para un muchacho que comenzó su carrera en la empresa familiar a los 28 años,
tras regresar de Estados Unidos, donde hizo un postgrado en la escuela de
negocios de la Universidad de Bentley, en Massachusetts.
Quizá no
podrá hacer de Inca Kola una marca global, pero sí podrá llevar su apellido a
la posteridad en una operación sin fronteras.
Luis Felipe
Gamarra – La República
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