Carlos
Meléndez: “La democracia
interna en el Perú no existe”
“Las
precandidaturas en el país son artificios que se emplean para no ser
sancionados por la ley electoral”.
A medida que
se empiezan a mostrar las precandidaturas para las elecciones presidenciales
del próximo año, la atención se centra en la democracia interna de los partidos
políticos. El analista Carlos Meléndez lamenta que en el Perú las agrupaciones
sean personalistas.
En los últimos días vimos movidas
electorales. La última, de César Acuña. ¿Qué opciones le ve hacia el año 2016?
Acuña
construyó una agrupación política que se posicionó muy bien en el norte del
país. Pero, para una campaña nacional, se necesita más que una maquinaria. Se
necesita también tener un mensaje claro, programático, proyectar ideas para
gobernar el país. Acuña, más que ideas, juega con la aspiración del emergente
de bajo nivel educativo.
¿Vende el sueño del progreso
educativo?
Acuña no
expresa un sueño. Expresa el oportunismo de que, si el rector de mi universidad
va a llegar al gobierno, me va a dar trabajo. Entonces, así como en el pasado
el carné partidario era un indicativo de tener trabajo en el gobierno, ahora es
el diploma de determinada universidad.
Pero Acuña tiene un factor
indispensable para una campaña nacional: el dinero.
Claro, tiene
dinero y una organización privada que funciona como sustituto de partido. Tiene
una red de empleados, una burocracia que trabaja para él, gente a quien le paga
todos los meses. Más que un grupo de leales, hay una dependencia contractual.
Acuña tiene empleados, no militantes ni seguidores. Tiene subordinados en la
planilla que ven en él la oportunidad de llegar al poder.
¿Y esto le puede servir para tener
protagonismo?
No, para eso
necesita más elementos. Acuña tiene otras limitaciones que están en el plano
del debate sobre proyecto-país. No lo veo debatiendo seriamente sobre política
económica o internacional.
¿Considera que es incapaz?
Más que
incapaz, tiene limitaciones y desventajas en comparación con otros candidatos.
Acuña representa los límites del peruano emergente. El emergente puede tener
dinero, pero no ha llegado a conformar una élite académica.
Pero un sector de la población se puede
ver identificada.
Sí, pero
Acuña no tiene vuelo, no inspira. Tendría que vender una idea de país. No basta
con la identificación personal de un sector.
Acuña tiene dos pasivos: el video de
“plata como cancha” y la deuda con el Jurado Nacional de Elecciones. ¿Le
jugarían en contra en la campaña?
Está dentro
del desprestigio de la clase política, pero no es tan escandaloso como otros
casos. Creo que es un tema inocuo para la campaña. La decisión de no votar por
él pasará por otros factores.
¿Se puede considerar una
precandidatura la de Acuña? Porque no habrá lucha interna, al igual que en el
Apra.
Estas
precandidaturas son artificios que se emplean para no ser sancionados por las
normas electorales. La democracia interna en el Perú no existe, es un juego de
niños. Los partidos son personalistas.
¿Diría caudillistas?
No
caudillistas, porque los caudillos tienen un arrastre carismático, logran tener
un atractivo por fuera de su organización política. Aquí tenemos simplemente
oportunistas, figuras políticas de corto alcance que aglutinan algunos recursos
políticos, como la experiencia de gobierno en el caso de Toledo, el dinero y la
universidad en el caso de Acuña, la experiencia como gestor de intereses en el
caso de Kuczynski…
En el caso del Apra, sus pasivos como
‘narcoindultos’ o Lava Jato, ¿podrían perjudicar su campaña electoral?
El Apra
tiene una gran marca antipartidaria, que es la corrupción.
¿Está marcado por ella?
La
asociación Apra-corrupción es el primer obstáculo que tiene este partido para
volver al poder, pero eso no significa que esté destinado a perder la elección.
Este partido está tratando de identificar un pragmatismo en el elector peruano
que exprese que, a pesar de la asociación con la corrupción, el Apra logra
gobernabilidad. El mal desempeño del gobierno de Ollanta Humala ayuda a
levantar esta imagen del Apra.
¿La percepción de gobernabilidad del
Apra puede llevarlo a una segunda vuelta?
Si ese
discurso prende, es posible. Ahora, el Apra históricamente ha manejado la
escopeta de dos cañones. ¿Qué significa eso? Que decían que podían gobernar el
país, pero, además, podían controlar a las masas. Ahora su discurso se reduce a
que pueden gobernar este país. Lo que no veo es el lado populista que todo
partido exitoso tiene para engancharse con “los de abajo”.
¿Ha perdido poder?
Ha perdido
capacidad de representación. Ahora está tratando de tomar atajos para
representar a ciertos sectores de la población, por ejemplo, con el tema de
seguridad ciudadana.
¿Se refiere a la propuesta para que
las Fuerzas Armadas patrullen las calles?
Exactamente.
Con ese discurso trata de decir que sí pueden sintonizar con el electorado, que
pide mano dura en seguridad ciudadana. Pero el desafío de Alan García es
demostrarle a la gente que puede representar al peruano del nuevo milenio, al
de las protestas sociales, al que él mismo bautizó como el “perro del
hortelano”.
Sobre esta propuesta, Alejandro
Toledo fue el primero en apuntarse…
Es una mala
lectura de márketing político. Alejandro Toledo tiene mejores marcas.
¿Como cuáles?
Si yo fuera
asesor de Toledo, le diría que su lema sea de trabajo digno y, además, le daría
mejores resultados o más chances, porque las últimas movilizaciones en el Perú,
como la de la ‘ley Pulpín’, han tenido que ver justamente con la dignidad del
trabajo.
Otro acontecimiento reciente ha sido
el discurso de Keiko Fujimori en EE.UU. ¿Cree que fue una disertación
electoral?
Yo creo que
era muy previsible este discurso. Keiko Fujimori no ha cambiado su posición
sobre la Comisión de la Verdad, el aborto y la unión civil. Lo que cambió fue
el escenario donde lo dijo. Ha aprovechado mucho este contexto.
¿El discurso le será favorable?
Así como
Alan García proyecta gobernabilidad, pero carece de representación, Keiko
Fujimori afronta el escenario inverso. Sería ingenuo creer que, luego del
“giro” en Harvard, ella busque representar a los caviares. Los antifujimoristas
no van a votar por ella, los caviares tampoco. Ella está ensayando su propia
“escopeta de dos cañones”. No busca representar a los caviares, sino atenuar
sus críticas más duras.
¿Y puede haber perdido un apoyo
importante con este discurso? La comunidad evangélica y algunos militares, se
dice, estarían resentidos.
El peruano
promedio no sabe lo que es la Comisión de la Verdad. Creo que, hasta cierto
punto, la jugada de Keiko no es tan riesgosa, porque ella confía en que existe
un fujimorista que, haga lo que ella haga, va a seguir a su lado.
¿Por el apellido?
Más que eso,
el fujimorismo ha logrado una identidad política y va camino a ser el Apra del
siglo XXI. Hay gente en la calle que vota disciplinadamente por un candidato
fujimorista.
¿La imagen del fujimorismo se
relaciona con la dictadura?
Me parece
que esa asociación, si existe, es cada vez más débil. Yo creo que hay un
elector de nivel socioeconómico alto para quien sí existe esa asociación, pero
ese es el elector vargasllosiano, bastante minúsculo y diferente al elector
popular, que más bien asocia al fujimorismo con programas sociales, con la
lucha contra Sendero Luminoso. El fujimorismo tiene marcas mucho más
atractivas, no se le puede arrinconar tan fácilmente con la etiqueta de
dictadura.
¿Hay espacio para un outsider o para
un candidato radical?
Siempre hay
un espacio, pero, conforme pasan los días, se va reduciendo. Es decir, si no
aparece ese candidato en diciembre, posiblemente no estará dentro de las
opciones de la ciudadanía. Yo creo que más bien puede surgir un outsider
radical de izquierda para el 2021 que ya asome en estas elecciones del 2016.
Ahora ya no puedes erigirte como un outsider tan fácilmente.
NADINE HEREDIA
Agendas. “En
el caso de las agendas, Humala y Heredia caen en la zona gris entre el delito y
el error. Hubo en ellos desconocimiento de lo que significa hacer política
responsable en el país”.
Habilidades.
“Nadine tiene habilidades para ser vocera, articuladora, operadora política, es
decir para ser ‘jefa’, como le decían”. Capital. “Durante muchos años, Nadine
Heredia tuvo más aprobación que Humala. O sea, ella era el capital político del
nacionalismo”.
Talón
de Aquiles. “El nacionalismo se encargó de desprestigiar al Apra y a la
oposición, y viceversa. Allí, Nadine pasó de ser la primera figura del
nacionalismo a ser su talón de Aquiles”.
ASCENSOS EP
¿Copamiento?
“Más que copamiento, veo un reflejo del gobierno de poner leales y cercanos a
Humala dentro de puestos claves. Pero no creo que exista un plan estratégico
como en la época de Montesinos”.
Defensa.
“Esto se está dando para cuidarse las espaldas. Es una medida más defensiva que
ofensiva”.
Por: Ricardo
Monzón Kcomt (rmonzon@peru21.com)
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