lunes, 12 de octubre de 2015

ENTREVISTA



Carlos Meléndez: “La democracia 
interna en el Perú no existe”

(César Fajardo)
“Las precandidaturas en el país son artificios que se emplean para no ser sancionados por la ley electoral”.

A medida que se empiezan a mostrar las precandidaturas para las elecciones presidenciales del próximo año, la atención se centra en la democracia interna de los partidos políticos. El analista Carlos Meléndez lamenta que en el Perú las agrupaciones sean personalistas.

En los últimos días vimos movidas electorales. La última, de César Acuña. ¿Qué opciones le ve hacia el año 2016?
Acuña construyó una agrupación política que se posicionó muy bien en el norte del país. Pero, para una campaña nacional, se necesita más que una maquinaria. Se necesita también tener un mensaje claro, programático, proyectar ideas para gobernar el país. Acuña, más que ideas, juega con la aspiración del emergente de bajo nivel educativo.

¿Vende el sueño del progreso educativo?
Acuña no expresa un sueño. Expresa el oportunismo de que, si el rector de mi universidad va a llegar al gobierno, me va a dar trabajo. Entonces, así como en el pasado el carné partidario era un indicativo de tener trabajo en el gobierno, ahora es el diploma de determinada universidad.

Pero Acuña tiene un factor indispensable para una campaña nacional: el dinero.
Claro, tiene dinero y una organización privada que funciona como sustituto de partido. Tiene una red de empleados, una burocracia que trabaja para él, gente a quien le paga todos los meses. Más que un grupo de leales, hay una dependencia contractual. Acuña tiene empleados, no militantes ni seguidores. Tiene subordinados en la planilla que ven en él la oportunidad de llegar al poder.

¿Y esto le puede servir para tener protagonismo?
No, para eso necesita más elementos. Acuña tiene otras limitaciones que están en el plano del debate sobre proyecto-país. No lo veo debatiendo seriamente sobre política económica o internacional.

¿Considera que es incapaz?
Más que incapaz, tiene limitaciones y desventajas en comparación con otros candidatos. Acuña representa los límites del peruano emergente. El emergente puede tener dinero, pero no ha llegado a conformar una élite académica.

Pero un sector de la población se puede ver identificada.
Sí, pero Acuña no tiene vuelo, no inspira. Tendría que vender una idea de país. No basta con la identificación personal de un sector.

Acuña tiene dos pasivos: el video de “plata como cancha” y la deuda con el Jurado Nacional de Elecciones. ¿Le jugarían en contra en la campaña?
Está dentro del desprestigio de la clase política, pero no es tan escandaloso como otros casos. Creo que es un tema inocuo para la campaña. La decisión de no votar por él pasará por otros factores.

¿Se puede considerar una precandidatura la de Acuña? Porque no habrá lucha interna, al igual que en el Apra.
Estas precandidaturas son artificios que se emplean para no ser sancionados por las normas electorales. La democracia interna en el Perú no existe, es un juego de niños. Los partidos son personalistas.

¿Diría caudillistas?
No caudillistas, porque los caudillos tienen un arrastre carismático, logran tener un atractivo por fuera de su organización política. Aquí tenemos simplemente oportunistas, figuras políticas de corto alcance que aglutinan algunos recursos políticos, como la experiencia de gobierno en el caso de Toledo, el dinero y la universidad en el caso de Acuña, la experiencia como gestor de intereses en el caso de Kuczynski…

En el caso del Apra, sus pasivos como ‘narcoindultos’ o Lava Jato, ¿podrían perjudicar su campaña electoral?
El Apra tiene una gran marca antipartidaria, que es la corrupción.

¿Está marcado por ella?
La asociación Apra-corrupción es el primer obstáculo que tiene este partido para volver al poder, pero eso no significa que esté destinado a perder la elección. Este partido está tratando de identificar un pragmatismo en el elector peruano que exprese que, a pesar de la asociación con la corrupción, el Apra logra gobernabilidad. El mal desempeño del gobierno de Ollanta Humala ayuda a levantar esta imagen del Apra.

¿La percepción de gobernabilidad del Apra puede llevarlo a una segunda vuelta?
Si ese discurso prende, es posible. Ahora, el Apra históricamente ha manejado la escopeta de dos cañones. ¿Qué significa eso? Que decían que podían gobernar el país, pero, además, podían controlar a las masas. Ahora su discurso se reduce a que pueden gobernar este país. Lo que no veo es el lado populista que todo partido exitoso tiene para engancharse con “los de abajo”.

¿Ha perdido poder?
Ha perdido capacidad de representación. Ahora está tratando de tomar atajos para representar a ciertos sectores de la población, por ejemplo, con el tema de seguridad ciudadana.

¿Se refiere a la propuesta para que las Fuerzas Armadas patrullen las calles?
Exactamente. Con ese discurso trata de decir que sí pueden sintonizar con el electorado, que pide mano dura en seguridad ciudadana. Pero el desafío de Alan García es demostrarle a la gente que puede representar al peruano del nuevo milenio, al de las protestas sociales, al que él mismo bautizó como el “perro del hortelano”.

Sobre esta propuesta, Alejandro Toledo fue el primero en apuntarse…
Es una mala lectura de márketing político. Alejandro Toledo tiene mejores marcas.

¿Como cuáles?
Si yo fuera asesor de Toledo, le diría que su lema sea de trabajo digno y, además, le daría mejores resultados o más chances, porque las últimas movilizaciones en el Perú, como la de la ‘ley Pulpín’, han tenido que ver justamente con la dignidad del trabajo.

Otro acontecimiento reciente ha sido el discurso de Keiko Fujimori en EE.UU. ¿Cree que fue una disertación electoral?
Yo creo que era muy previsible este discurso. Keiko Fujimori no ha cambiado su posición sobre la Comisión de la Verdad, el aborto y la unión civil. Lo que cambió fue el escenario donde lo dijo. Ha aprovechado mucho este contexto.

¿El discurso le será favorable?
Así como Alan García proyecta gobernabilidad, pero carece de representación, Keiko Fujimori afronta el escenario inverso. Sería ingenuo creer que, luego del “giro” en Harvard, ella busque representar a los caviares. Los antifujimoristas no van a votar por ella, los caviares tampoco. Ella está ensayando su propia “escopeta de dos cañones”. No busca representar a los caviares, sino atenuar sus críticas más duras.

¿Y puede haber perdido un apoyo importante con este discurso? La comunidad evangélica y algunos militares, se dice, estarían resentidos.
El peruano promedio no sabe lo que es la Comisión de la Verdad. Creo que, hasta cierto punto, la jugada de Keiko no es tan riesgosa, porque ella confía en que existe un fujimorista que, haga lo que ella haga, va a seguir a su lado.

¿Por el apellido?
Más que eso, el fujimorismo ha logrado una identidad política y va camino a ser el Apra del siglo XXI. Hay gente en la calle que vota disciplinadamente por un candidato fujimorista.

¿La imagen del fujimorismo se relaciona con la dictadura?
Me parece que esa asociación, si existe, es cada vez más débil. Yo creo que hay un elector de nivel socioeconómico alto para quien sí existe esa asociación, pero ese es el elector vargasllosiano, bastante minúsculo y diferente al elector popular, que más bien asocia al fujimorismo con programas sociales, con la lucha contra Sendero Luminoso. El fujimorismo tiene marcas mucho más atractivas, no se le puede arrinconar tan fácilmente con la etiqueta de dictadura.

¿Hay espacio para un outsider o para un candidato radical?
Siempre hay un espacio, pero, conforme pasan los días, se va reduciendo. Es decir, si no aparece ese candidato en diciembre, posiblemente no estará dentro de las opciones de la ciudadanía. Yo creo que más bien puede surgir un outsider radical de izquierda para el 2021 que ya asome en estas elecciones del 2016. Ahora ya no puedes erigirte como un outsider tan fácilmente.

NADINE HEREDIA

    Agendas. “En el caso de las agendas, Humala y Heredia caen en la zona gris entre el delito y el error. Hubo en ellos desconocimiento de lo que significa hacer política responsable en el país”.
    Habilidades. “Nadine tiene habilidades para ser vocera, articuladora, operadora política, es decir para ser ‘jefa’, como le decían”. Capital. “Durante muchos años, Nadine Heredia tuvo más aprobación que Humala. O sea, ella era el capital político del nacionalismo”.
    Talón de Aquiles. “El nacionalismo se encargó de desprestigiar al Apra y a la oposición, y viceversa. Allí, Nadine pasó de ser la primera figura del nacionalismo a ser su talón de Aquiles”.

ASCENSOS EP

    ¿Copamiento? “Más que copamiento, veo un reflejo del gobierno de poner leales y cercanos a Humala dentro de puestos claves. Pero no creo que exista un plan estratégico como en la época de Montesinos”.
    Defensa. “Esto se está dando para cuidarse las espaldas. Es una medida más defensiva que ofensiva”.

Por: Ricardo Monzón Kcomt (rmonzon@peru21.com)





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