“La
destitución para mí fue una condecoración
y es lo que digo también de la
doctora Príncipe”
Luis Vargas Valdivia. Abogado.
Miembro del equipo inicial de la Procuraduría Anticorrupción que se formó en
noviembre del 2000 con José Ugaz a la cabeza. Procurador Anticorrupción entre
el 2002 y el 2004. Profesor de Derecho Procesal en la UPC.

Luis Vargas
Valdivia fue parte de la Procuraduría Anticorrupción primigenia, la que se
formó con José Ugaz a la cabeza cuando aún era presidente Alberto Fujimori.
"Fueron momentos difíciles, nosotros estábamos en constante seguimiento,
amedrentamiento, estaba todavía el grupo Colina suelto, estaban todavía los del
Servicio de Inteligencia", recuerda el abogado. Aunque al final, fue el ex
presidente Toledo quien lo retiró del cargo el 2004, en una situación similar a
la que en estos días vive Julia Príncipe.
Dejó la Procuraduría Anticorrupción a
fines del 2004, me ha contado que tenía más de 40 denuncias entre el Congreso y
la Fiscalía. ¿Qué pasó desde entonces?
Yo tuve una
propuesta de Roberto Dañino para ir a trabajar en alguno de esos organismos
internacionales fuera del Perú, pero finalmente decidí quedarme. Yo lo conversé
con mi esposa y lo que ella me dijo fue: "Si te vas, la gente va a pensar
que estás huyendo. Tienes que quedarte y enfrentar lo que se viene”. Y se
vinieron como 40 denuncias entre el Congreso, la Fiscalía... los enfrenté todos
sin presentar ni un hábeas corpus y demoré cinco años en que se archivaran,
pero ese es uno de los mejores consejos que me dio mi esposa: quédate a pelear.
¿Por qué es necesario recalcar el no
haber presentado ni un hábeas corpus? ¿No es válido?
Sí es válido
presentar hábeas corpus, yo he estado tentado muchas veces de presentar hábeas
corpus o amparos, pero cuando tú estás en un cargo público en el que tienes que
asumir grandes responsabilidades, no puedes utilizar los mismos medios de
defensa que los demás ciudadanos, porque tú tienes una obligación adicional, te
has comprometido a rendir cuenta de todos tus actos...
Y por lo
tanto tienes que ser absolutamente transparente y someterte a cualquier tipo de
investigación...
Tienes que
ser absolutamente transparente. Mira, cuando yo asumí el cargo, el 2002, dejé
establecido cuál era mi patrimonio y si tú comparas mi patrimonio al ingreso
con mi patrimonio al final, vas a ver que ha habido un decrecimiento. Y a mí en
todos estos años me han levantado el secreto bancario como no tienes idea. Pero
uno no llega a un cargo público a hacer dinero, uno llega a cumplir una
función, y eso te obliga a ser transparente. Nosotros trabajábamos con la
política de puertas abiertas, por eso es que ahora me jalo los pelos cuando
tienes a este ahora exministro que dice
“no, no, no, todo tiene que pasar por el Ministerio de Justicia”. ¿Por qué? Uno
tiene que incorporar a la sociedad en los procedimientos de lucha contra la
corrupción. Si no incorporas a la sociedad, perdiste.
Usted estuvo en la Procuraduría hasta
que se metió con los círculos más cercanos al poder.
Sí, pues, yo
fui cesado por el presidente Toledo. El 2003 denuncié al que era en ese
entonces jefe del Servicio de Inteligencia, César Almeyda, y después vinieron
las denuncias por el tema de la falsificación de firmas en el proceso de
inscripción de Perú Posible. Ahí se denunció al secretario general del Partido,
Jesús Alvarado, a los personeros, a todo el mundo. Después denunciamos a
Margarita Toledo, que incluso estuvo con arresto domiciliario. El Presidente a
veces me llamaba y me decía “oiga, mi hermana”. Yo le decía “ese es un asunto
que no tengo que hablarlo con usted”.
¿Presionó también Toledo a la
Procuraduría, entonces?
Que uno
recibe presiones, sí, pero todo depende de la capacidad que tengas tú de poner
un alto. Yo he tenido presiones y enfrentamientos en temas mucho más graves y
delicados que ese, como el tema Chavín de Huántar. Acuérdate cuando se negaron
a presentar a los comandos, yo pedí a la Fiscalía que dictara una medida
cautelar que asegurara la presencia de los comandos ahí y me dijeron desde
traidor hasta todo lo demás. Ahí sí fue toda una serie de presiones, pero uno
tiene que tener la fortaleza mental y espiritual para salir y enfrentarlas. Eso
no significa tampoco que seas un valiente o un héroe, eso significa que estás
cumpliendo tu deber y te estás haciendo respetar.
Pero como
estaba en manos del presidente Toledo mantenerlo o no en el cargo, finalmente
salió.
Sí pues, ya
en los últimos días de noviembre (2004) llegó el tema de la denuncia contra la
señora Eliane, porque en el curso de las investigaciones se había establecido
que parte de los dineros que ella recibió por una asesoría, habían terminado en
una cuenta que era manejada por una off shore y que en algún momento estuvo
vinculada a Montesinos. Se le pidieron explicaciones, no quiso declarar, y
entonces no me quedó más remedio que
meter una solicitud a la Fiscalía para que iniciara una investigación formal en
su contra y fuera citada. Recuerdo que ese día reuní a todos los chicos de la
Procuraduría y les dije: "Si presento esta solicitud de esta denuncia,
tengan la certeza de que el Presidente me va a destituir. Pero que les quede
claro que uno no debe abjurar de sus principios". Y la firmé delante de
todos. Presenté la denuncia y dicho y hecho, cuando se hizo pública, el
Presidente me llamó y me dijo que había perdido la confianza y que presente la
renuncia. Yo le dije: "Si usted ha perdido la confianza, céseme,
bóteme". Mi cese salió en la tercera semana de diciembre.
Queda claro que el peor
"pecado" de un procurador es meterse con el poder de turno.
Exacto. Algo
que yo siempre digo es que esa destitución para mí fue una condecoración, y es
lo que digo también respecto de la doctora Príncipe. Al ser cesada, Julia
Príncipe ha sido condecorada.
El caso de Julia Príncipe es igual al
suyo...
Exacto, sí
pues, presiones de Palacio de Gobierno respecto de... yo ya no sé si son
intereses personales o qué. Porque, claro, uno puede decir “el presidente
Humala está cumpliendo con defender a su esposa”, como también lo hacía
supuestamente el presidente Toledo. Pero no se trata de que estén defendiendo a
sus esposas, sino, creo yo, que están defendiendo algo más, porque los
supuestos ingresos de la esposa, ¿el esposo no los sabe? En segundo lugar, el
Presidente no es solo esposo, es Presidente, y tiene que aprender a cumplir con
sus obligaciones.
Si no tienes nada que ocultar, ¿por
qué tomar ese tipo de decisiones...?
Exacto. De
nuestros cuatro últimos expresidentes, excepto el doctor Valentín Paniagua, los
otros tres han recurrido todos al hábeas
corpus: Fujimori, Toledo, Alan García. También pasó con Ollanta... o bueno, su
esposa. Eso no me parece adecuado. En Europa y en especial en España, ya hay
una corriente que tiene mucha fuerza en el sentido de que los funcionarios de
alto nivel del Estado no tengan los mismos derechos que los demás ciudadanos,
porque tienen un compromiso mayor: rendir cuentas. Esa es una obligación que
asumen voluntariamente.
¿Alguien lo impulsó al Presidente a
acceder al cargo? No,
¿no es cierto? Entonces, están obligados a rendir cuentas de sus cargos.
Además, el intento de evitar
investigaciones genera sospecha.
Claro,
genera sospecha y genera ya todo un juicio negativo. Además, como tú has dicho,
si no has hecho nada malo, de qué te preocupas. Entonces, es lo que yo no
entiendo, uno tiene que ser siempre transparente, uno tiene que andar con la
verdad. Si te pescan mintiendo una vez, ¿te van a volver a creer? Mira al
presidente Toledo.
Y hay este error de creer que los
procuradores deben defender al Gobierno, cuando en realidad deben defender al
Estado.
Sí, no han
aprendido la lección del grave error que cometió el presidente Toledo. Claro,
el presidente García decidió acabar con la Procuraduría Anticorrupción, el
presidente Humala llegó con el discurso de “vamos a repotenciarla”, pero cuando
vio que comenzó a funcionar... porque ellos tienen ese concepto de “para mis
enemigos la ley, para mis amigos todo”. Claro, la lucha contra la corrupción es
contra mis enemigos, no contra mí, conmigo no te metas, yo te he contratado
para que los investigues a ellos, a mí no. ¿Por qué? La independencia de un
procurador se hace más evidente cuando comienza a propiciar investigaciones
contra el gobierno, porque demuestra que su compromiso es con el país, no con
el gobernante. No me importa quién me nombró, el cargo me obliga a luchar por el
país y es lo que esta gente no entiende.
¿Cuál es su hipótesis sobre la
situación de la Procuraduría en el gobierno de García? ¿Por qué se debilitó
tanto?
Yo creo que
el presidente García nunca tuvo una política clara de lucha contra la
corrupción, es un tema que, en realidad, en su segundo gobierno no le importó.
Así como en el primer gobierno el descalabro fue económico, en el segundo
gobierno el descalabro fue el tema de corrupción. García tuvo, además, una
serie de frases que un Presidente no debería decir nunca. Te acuerdas cuando
hubo un general de la Policía a quien se le denunció por apoderarse de 80 mil
soles y el Presidente salió a decir “no pues, por 80 mil soles nadie se ensucia
las manos”. Entonces, ¿por cuánto uno sí se ensucia las manos? Uno no se
ensucia las manos ni por uno, ni por cinco, ni por 80 ni por un millón. Esas
son frases absolutamente desgraciadas, en el sentido correcto de la palabra,
pero que te dicen que ahí no hay un compromiso serio en la lucha contra la
corrupción.
El presidente
Humala entró al gobierno diciendo que la iba a fortalecer, pero no es lo que
terminó ocurriendo.
En este
gobierno se ha dado una serie de medidas en favor de la lucha contra la
corrupción, medidas, pero dime qué políticas planteadas por la INA (Iniciativa
Nacional Anticorrupción) el 2001 han sido materializadas por este gobierno? ¡No
hay pues! El presidente Humala no ha sabido liderar la lucha contra la
corrupción, no ha habido ningún compromiso serio porque no se establecieron
políticas a mediano y largo plazo.
Y la salida de Príncipe golpea aún
más ese sistema ya debilitado.
Sí, es un
golpe no solo al sistema anticorrupción, es un golpe a la credibilidad de la
sociedad sobre las instituciones. O sea, es un golpe que afecta la
institucionalidad del país y creo que el presidente Humala no ha sido lo
suficientemente responsable para meditar esto. El peor daño que hace con la
salida de la doctora Príncipe es afectar la credibilidad de las instituciones,
con lo que está afectando la institucionalidad. Creo que él llegó al cargo sin
saber qué hacer como Presidente, por eso le escuchamos declaraciones absurdas.
Recuerdo la semana pasada que decía que el gobierno es objeto de una campaña de
demolición por las denuncias contra Nadine, ¡Pero si Nadine no es gobierno!
Ahora salen a decir que el Tribunal Constitucional (TC) ha fallado por presión
política. Un momentito, y cuando el Presidente le dijo “burro” al Fiscal que
inició la investigación a su esposa. ¿Cuándo tú has visto que un Presidente
salga e insulte a un fiscal? En ese momento, el Presidente ya perdió la
brújula.
La Primera Dama dice que el TC ha
vulnerado sus derechos, que cómo es posible que ese organismo se pronuncie en
horas sobre una causa que tiene 20 mil folios...
Esos son
argumentos que ella ha comprado de alguno de sus abogados y que no tienen mayor
sentido ni sustento. ¿Qué le hubiera aconsejado yo como abogado?, ¿enfrentar
las investigaciones o entorpecerlas? Enfrentarlas. Pero se dedicó a
entorpecerlas, interpuso hábeas corpus, amparos... Se queja de celeridad. Mira,
yo que he sido juez hubiera resuelto más rápido, porque no tengo que leerme los
20 mil folios, tengo que leer la última resolución. Y se queja de presión
política... y toda la presión política que ejerció el gobierno en pleno contra
el Tribunal, contra los magistrados, contra los fiscales, cómo queda. No pues.
Lo que ella busca es victimizarse y creo que ya es muy tarde para eso, porque
la opinión pública tiene ya una idea respecto de su conducta y su actuación.
Ana Núñez – La
República
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