VERÓNIKA
MENDOZA:
“En el
Frente Amplio no vamos a renunciar a nuestros compromisos programáticos”

Refirió que
el FA está abierto a las fuerzas políticas comprometidas con la lucha contra la
corrupción, la defensa de los derechos humanos y los derechos indígenas. Dijo
que aún no han fijado el mecanismo para determinar la plancha presidencial.
Sobre Conga y Tía María, indicó que
deberán ser tratados de nuevo.
¿En qué
nivel se encuentran las tratativas para unir a las izquierdas en el Frente
Amplio?
En el último
congreso nacional del Frente Amplio se dijo que después de esta elección
interna se iban a hacer esfuerzos en abrir el Frente para convocar a más
fuerzas políticas, organizaciones sociales, indígenas, de mujeres, colectivos
juveniles, sobre la base de acuerdos programáticos y procedimientos
democráticos. En términos formales aún no lo hemos hecho, no hemos hablado de
nombres ni organizaciones. Además, tenemos que esperar que ellos definan sus
candidaturas para entablar una conversación seria.
¿Hay
posibilidad de que otros partidos que no sean de izquierda también se incorporen?
Hemos
planteado que los acuerdos programáticos tendrían que darse sobre la base de un
compromiso de cambiar el modelo. Es decir, modernizar el Estado para garantizar
políticas públicas, para que los recursos naturales estén al servicio del
desarrollo del país antes que el interés de las transnacionales. También sobre
la base de compromiso contra la corrupción, la defensa de los derechos humanos,
el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Esta es la base
mínima para formar posibles alianzas.
¿Ya se
vocean nombres en el Movimiento Sembrar para la lista de congresistas?
Por supuesto
que emergen diversos liderazgos tanto en Tierra y Libertad como en el
Movimiento Sembrar. Estoy segura de que varios de ellos están dispuestos a
asumir la responsabilidad de una candidatura congresal, pero no hay definiciones
sobre el particular.
¿Cómo se
determinará su plancha presidencial? ¿Quiénes irían?
No hemos
definido el mecanismo exacto. Sí hay un criterio general que es el que he
expresado: acuerdos programáticos y procedimientos democráticos. Habrá que
esperar que las otras fuerzas políticas elijan a sus candidatos para después
entablar el diálogo y ver cómo elegir la plancha presidencial y a los
candidatos al Congreso.
¿Marco Arana
podría integrarla?
Es una
posibilidad como muchas otras. Él no ha manifestado aún cuál es el rol que
quiere jugar en esta etapa. Seguramente será una muy importante, en tanto es
líder de Tierra y Libertad. Quiero reconocer el desprendimiento de TyL, de su
comisión política y del propio Marco Arana de poner a disposición del Frente
Amplio su inscripción. Es un gesto que dignifica la política ante
especulaciones de que no iba a permitir una articulación mayor.
¿El ingreso
de nuevos grupos al FA podría modificar la actual plataforma programática?
Como FA no
vamos a renunciar a ninguno de nuestros compromisos programáticos. Entendemos que otras fuerzas políticas tienen
sus propios matices, de ahí que hemos establecido mínimos programáticos con los
que podríamos hacer alianzas. Por ejemplo, el cambio de modelo en el sentido de
modernizar el Estado y permitir que planifique el desarrollo en diálogo con la
sociedad civil.
Se ha
empezado a cuestionar su pasaporte francés y también su falta de experiencia
laboral...
En cuanto a
la experiencia, efectivamente, hay otros con más experiencia que yo, pero
robando, indultando a narcotraficantes, vulnerando derechos humanos,
institucionalizando la corrupción. Esa experiencia no la tengo. Llevo diez años
en política, presido la Comisión de Descentralización del Congreso, conozco
al Estado, sé dónde hay que hacer
reformas urgentes. Y sobre mi pasaporte,
lo heredé de mi madre que es francesa, yo no lo pedí, no juré por otro país, yo
le debo lealtad al Perú. Del señor Pedro Pablo Kuczynski no me preocupa su
pasaporte norteamericano sino sus negocios. Cuando fue funcionario público no
privilegió los intereses nacionales sino los de sus clientes como Consorcio
Camisea, Hunt Oil y otros que los cusqueños conocemos bien.
¿Qué es lo
que deben esperar de usted las comunidades adyacentes a los proyectos Conga,
Las Bambas y Tía María?
Estos temas
habría que tratarlos de nuevo con participación de la gente, con planificación
territorial y con una institucionalidad clara que dé garantías a los
inversionistas y a la ciudadanía. En Las Bambas la gente es calificada de
manera errada como antiminera cuando es al contrario. Lo que ellos no aceptan
es que se modifique el esquema del proyecto minero sin consulta ni diálogo. Hay
casos más complejos que sí se debe empezar de cero, como es Tía María, donde
hay muertos y heridos de por medio y una desconfianza enorme en un Estado débil
y en una empresa con pésimos antecedentes. Hay que iniciar con ellos qué
actividad productiva se quiere promover incluyendo la actividad minera, pero
reglas claras.
¿Un eventual
gobierno suyo continuará con los programas sociales?
Sí, porque
tienen un rol importante para combatir la extrema pobreza. Hay unos que deben
constituirse en políticas universales como Pensión 65. Hay otros en los que hay
que superar el sentido asistencialista y permita que la gente se inserte en el
mercado mediante capacitación y no dependan del Estado sino de su trabajo.
¿Considera
la revisión del Acuerdo Transpacífico (TPP)?
Todo acuerdo
puede ser renegociado. En el caso del TPP lo primero que se tiene que hacer es
dar a conocer al Congreso, a la opinión pública, el contenido del acuerdo para
ver si nos conviene o no. Lo que se sabe es que en el tema de las patentes hay
un serio riesgo identificado por el propio Estado respecto al costo de los
medicamentos.
¿Cómo
subvencionará su campaña presidencial?
Todo ha
venido del aporte de los militantes, de simpatizantes, hemos hecho cenas pro
fondos, rifas. Seguiremos con esta mecánica, siempre comunicando de dónde
vienen nuestros fondos. Seguirá siendo modesta porque no vamos a regalar
cocinas, ollas como hacen otros candidatos. Nosotros ofreceremos propuestas
concretas que no requieren millones de dinero sino claridad, compromiso y
principios.
¿Usted habla
quechua?
Pisillata
rimani (Hablo poco). Entiendo bien, lo hablo con cierta dificultad, pero es
parte de mi identidad. Mi padre era quechuahablante, mi madre también, pero soy
de la generación a la que se nos dijo que había que olvidarse del quechua para
poder salir adelante. Felizmente ahora estamos recuperando nuestra identidad y
es algo que vamos a trasladar a nuestras políticas públicas que tendrán un
enfoque intercultural.
Elizabeth
Prado – La República
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